Ayer jueves 13 de diciembre, el VSS Unity superó por primera vez los 80 kilómetros de altura, el límite que la Fuerza Aérea de los Estados Unidos define como el comienzo del espacio. Esta hazaña también representa el primer lanzamiento espacial tripulado en suelo estadounidense desde 2011, cuando el transbordador espacial de la NASA realizó su último vuelo.

La operación se llevó a cabo partiendo desde el desierto de Mojave, Estados Unidos, en donde la aeronave de gran tamaño WhiteKnightTwo llevó al VSS Unity a una altitud de 45.000 pies (13,7 kilómetros). Al alcanzar ese nivel, el VSS Unity se desacopló, encendió sus motores, y al mando del capitán Mark “Forger” Stucky y primer oficial C.J. Sturckow, alcanzó una velocidad Mach 2.9, una altitud de 82,7 kilómetros, permaneció allí por 60 segundos para luego retornar a la tierra.
Una vez en funcionamiento el servicio comercial de Virgin Galactic, por el que afortunados y multimillonarios pasajeros pagaron ya de forma adelantada unos 250.000 dólares, los viajeros experimentarán la sensación de ingravidez mientras disfrutan de una vista envidiable de nuestro planeta.
Durante esta prueba, además de los pilotos, se llevaron cuatro cargas útiles de la NASA para simular a los pasajeros, con lo que se busca obtener la certificación y autorización para efectuar los viajes espaciales para turistas. El objetivo de Virgin Galactic es demostrar que sus viajes son seguros tras el accidente fatal del SpaceShip Two en 2014.
Virgin Galactic es una unidad de negocios del conglomerado Virgin, propiedad del magnate británico Richard Branson.