El presidente brasileño, Michel Temer, firmó el jueves la medida provisional que autoriza la inyección de hasta el 100% de capital extranjero en compañías aéreas nacionales.
Hasta la fecha, el Código Brasileño de Aeronáutica establece que el 80% del capital con derecho a voto debe estar bajo control de brasileños, permitiendo que extranjeros tengan, como máximo, el 20% del capital de la empresa.

Según aseguró ante la prensa el ministro de la Casa Civil, Eliseu Padilha, a partir de ahora, siempre que la empresa sea nacional, ya no importará el origen del dinero. Para ser considerada nacional, la empresa necesita tener sede en Brasil, subordinada a la legislación brasileña, aunque el capital sea extranjero.
“La empresa de aviación tiene que ser brasileña. El origen del capital, que la legislación anterior limitaba que si era extranjero pudiera tener hasta el 20%, ahora podrá ser hasta el 100%. Esto es lo que sucede, por ejemplo, en la telefonía”, explicó Padilha.

La medida “resuelve uno de los principales problemas de la aviación brasileña, que es la fuente de financiación para las compañías de aviación. En esto acabamos teniendo la posibilidad de tener la participación de capital extranjero en el financiamiento independientemente de su origen”, explicó Padilha ante la prensa.
El ministro agregó que la medida fue pactada con el futuro ministro de Economía, Paulo Guedes, quien asumirá el cargo el próximo 1 de enero cuando el presidente electo Jair Bolsonaro y su equipo asuman el poder.

Para Padilha, además de facilitar la obtención de financiación para las compañías aéreas, la medida proporcionará la abertura de nuevos destinos, estimulando el turismo, la generación de empleo y baratear los vuelos.