Quienes acompañamos el evento, por primera vez pudimos acceder a un sector de la plataforma del aeropuerto para disfrutar del hobbie del spotting.
Para participar en esta jornada, estuve viendo varias opciones para llegar a la capital chilena. Tal vez la opción más económica era el vuelo directo de Latam desde Asunción a Santiago; pero como todo entusiasta de la aviación mi idea era experimentar una nueva aerolínea, y por supuesto un nuevo avión. En el pasado ya había volado a Santiago vía Ezeiza, en un Boeing 777-300ER de Air Canada; para FIDAE 2018 tuve la oportunidad de probar al Boeing 787-9 de Latam desde Sao Paulo. Para esta ocasión, nuevamente el tramo lo haría vía Guarulhos y la aerolínea escogida para este vuelo fue la gigante de medio oriente, Emirates.
Como ya había decidido viajar en Emirates; semanas antes del evento me aboqué a buscar pasajes baratos para esa fecha; originalmente mi idea era salir de Asunción el día viernes y llegar a la media noche a Santiago; terminado el evento trasladarme nuevamente al aeropuerto y regresar a Asunción vía Sao Paulo. Lastimosamente esa elección tuve que descartarla inmediatamente debido al alto costo que me cotizaba el trayecto GRU-SCL-GRU en Emirates; el precio más económico para esas fechas estaba por encima de los US$ 900. Afortunadamente, la página de Emirates te da la opción de visualizar las fechas previas con sus respectivos precios, y saliendo el jueves de Guarulhos y regresando nuevamente el lunes a la capital paulista, el precio era de 370 US$.
Todo el proceso para la compra del pasaje fue muy simple y de paso ya me inscribí en su programa de fidelidad llamado “Skywards”, que como primer escalón ingresás al “Blue”; esto es seguido de “Silver”,” Gold” y finalmente de “Platinum”. Con la primera compra del pasaje del tramo GRU-SCL-GRU ya acumulé mis primeras 3.970 millas. Además la página también te da la opción de realizar diferentes tipos de reservas desde hotel, transporte y tours para ir acumulando millas con esas compras. Una vez definida la fecha, la página te permite seleccionar el asiento: escogí el asiento 26K para ambos tramos.
Como ya estaba a solo 48 horas del viaje a Santiago, decidí hacer el check-in vía internet; tenía la opción de raelizarlo en la computadora o simplemente descargando la aplicación de la aerolínea en el celular. Una vez hecho el check-in solo quedaba esperar el día para poder viajar en una de las aerolíneas de lujo de Medio Oriente. El tramo ASU-GRU lo hice vía GOL; me hospedé una noche en el hotel de los spotters, el Matiz. Ya que voy a Santiago a spottear, ¿por qué no aprovechar la pequeña estadía en la capital paulista para disfrutar del spotting?; además tenía la posibilidad de captar la llegada del 777-300ER de Swiss que recientemente había hecho el up grade de equipo para Sao Paulo, así como el 787 Dreamliner de la española Air Europa.
Como el vuelo a Santiago despegaba de Sao Paulo a las 19:45, fui con una antelación de 3 horas para evitar el alto movimiento de pasajeros que había en ese momento en la terminal aérea ya que era feriado y aprovechando el fin de semana largo, se esperaba un buen movimiento de pasajeros. Como había escrito más arriba, llegué bien temprano al aeropuerto para dirigirme a la terminal 3 de donde salen los vuelos internacionales. Como no me había fijado en que zona del aeropuerto se realizaba el check-in, tuve que dar algunas vueltas buscando el balcón de la aerolínea. Finalmente tuve que acercarme a una de las pantallas gigantes para buscar mi vuelo. El check-in se realizaría en la zona H del aeropuerto y ya estaba abierta para hacerlo. Con prisa me dirigí al sector seleccionado esperando una buena cantidad de pasajeros, afortunadamente aun no había mucha gente y como el check-in lo había hecho vía internet todo fue muy rápido, no antes de contestar algunas preguntas de seguridad. Una vez completos todo los pasos de emigración y de seguridad, fui a la puerta seleccionada para el vuelo; desafortunadamente era la útima de la terminal aérea, así que tuve que realizar una buena caminata hasta llegar a ese punto.
El vuelo a Santiago es realizado con Boeing 777-200LR en la mayoría de los casos, como también de vez en cuando lo realiza el -300ER. Este vuelo que llega de Dubái con una parada en Sao Paulo, solo se queda unas dos horas en tierra para seguir hacia su destino final, Santiago de Chile. Al ingresar a la zona de embarque de la T3 de GRU, reviso nuevamente la pantalla de las partidas de vuelos y noto que mi vuelo sale en la última puerta, o sea al extremo de la terminal, así que me esperaba una buena y larga caminata; obviamente mientras iba caminando disfrutaba de las vistas de los aviones que se encontraban en sus respectivos fingers. Ya en la puerta, me dediqué a spottear un poco, ya que el gran ventanal de la terminal te da una visión de 180° desde donde estés ubicado.
Tras unas horas de spottear a los heavies que salían con destino al viejo continente, veo que el avión que me iba a llevar a Santiago aterriza. Como había comentado más arriba, era un B777-200LR, matricula A6-EWA con aproximadamente 11 años de edad, siendo Emirates su único operador. Este B772 está propulsado por dos potentes motores General Electric GE-90-110B1L y posee una capacidad para 302 pasajeros distribuidos en clase ejecutiva (38 asientos) y económica (264 asientos).
Luego de unos minutos, el personal encargado del vuelo anunció que estaría empezando el embarque; siendo los primeros en abordar los pasajeros con necesidades especiales, pasajeros de business y finalmente los de económica. El vuelo iba prácticamente lleno, muchos pasajeros locales eligen volar en Emirates desde GRU a SCL; noté muy pocos pasajeros que partieron de Dubái con destino final Santiago. El embarque se realizó por la segunda puerta por lo que al ingresar lo hicimos por la clase ejecutiva, en donde casi ya no había más asientos libres; luego de soñar un poco en ese espacio, me dirigí a mi asiento que sería el 26K; este asiento se encuentra en el primer espacio detrás de la ejecutiva y la cabina estaba full pasajeros. Los asientos de los 772 de Emirates son muy cómodos y el espacio entre las piernas es bastante aceptable y te da la posibilidad de disfrutar de un viaje placentero. Todos los asientos vienen equipados con PTV (Pantalla de entretenimiento en las cabeceras de los asientos del frente) y en ella podés disfrutar del servicio “ICE”; en donde la “I” es de información, “C” de comunicación y finalmente la “E” de entretenimiento. El programa de entretenimiento de Emirates posee más de 3.500 canales de películas, programas de televisión, música y juegos a la carta en varios idiomas.
Tras curiosear un buen tiempo el sistema ICE, finalmente las puertas se cerraron, recibiéndonos la bienvenida de la tripulación encargada de llevarnos hasta nuestro destino. Como todos los vuelos de Emirates, la tripulación está compuesta de diversas nacionalidades; el Cmte. era de nacionalidad mexicana, su F.O. era de Nigeria y el purser de Finlandia, junto a diversas nacionalidades que componían el resto de la tripulación. Los speachs fueron hechos primeramente en inglés, luego en portugués y finalmente en árabe.
Eran aproximadamente las 19:45 cuando el 772 se alineó con la cabecera 09R para la carrera de despegue. Los potentes motores GE90 impulsaron al gigante pájaro de acero, elevándonos suavemente al cielo oscuro. Antes, mientras aún estábamos en tierra, la tripulación se encargó de entregar el menú de servicio a bordo; habían 2 opciones, una de ellas era spaguetti bañado con salsa de mushrooms y pollo acompañado de verduras hervidas, y la otra era filete de macca en sartén acompañado de papas asadas y verduras hervidas. Ambas traen ensalada como guarnición y de postre una torta de chocolate y coco; además de bebidas como jugos, gaseosas, licores, café y vinos tanto blanco como tinto. A casi 45 minutos de haber despegado, primeramente la tripulación se encargó de llevar las comidas a aquellos pasajeros especiales que habían seleccionado el menú a la hora de comprar el pasaje. Mi elección fue spaguetti con salsa de mashrooms, que realmente estuvo delicioso.
Mientras saboreaba la cena disfrutaba de las películas como también de las músicas disponibles en el sistema de entretenimiento. A cada hora en la pantalla podías ver el trayecto del avión, las informaciones del vuelo y el tiempo restante hasta el destino. Como también en este tramo del vuelo, la tripulación pasa ofreciendo artículos del duty free que uno puede verlo de antemano en el catálogo que se encuentra en la guantera del asiento o en todo caso verlo en la pantalla de entretenimiento. Tras eso ingresamos al espacio aéreo chileno y las luces de abrochar los cinturones fueron prendidas por posibles turbulencias que se registran en esa zona de la Cordillera de los Andes. Finalmente tras cruzar los Andes, dar algunas vueltas para perder altura; el 772 se alineó con la pista del aeropuerto internacional de Santiago, aterrizando casi a media noche tras 4 horas de vuelo.
Luego de disfrutar de la jornada de spotting en la ciudad de Santiago de Chile, llegó la hora de regresar a casa, para eso una vez más hice el web check-in para poder agilizar a la hora de registrarme en el aeropuerto. El vuelo de vuelta estaba marcado para las 1:30 de la madrugada, pero como el último transfer del hotel salía a las 10 de la noche, aproveché ese servicio y fui con 3 horas de antelación al aeropuerto; al llegar percibo que hay una larga cola en el counter habilitado para Emirates, al acercarme pregunto cual sería la fila para los que ya habíamos hecho el web check-in, siendo guiado al counter con mayor fila. Curiosamente esa fila fue la que más tiempo llevó en realizar los chequeos en comparación a la fila de los que no lo hicieron, elevando la voz de más de un pasajero molesto por esa situación. Tras pasar por todos los filtros de seguridad, finalmente me dirijo a la zona de embarque en donde ya se encontraba la aeronave que me llevaría de vuelta a Sao Paulo; una vez más era un 777-200LR con matricula A6-EWI, de 9 años de antigüedad dentro de la flota de Emirates.
El embarque se realizó de manera rápida, siendo las 1:20 se cerraba la puerta y la aeronave se alejaba del finger con destino a la pista. La tripulación que nos llevaría de vuelta a Sao Paulo era la misma que nos había traído; tras la corrida de despegue, la aeronave suavemente se elevó dejando atrás tierras chilenas. Todavía en terreno, la tripulación pasó distribuyendo el menú para ese vuelo, habiendo dos opciones, la primera opción, beef and mushroom ragout y la segunda decía stir-fried chicken, pero me pareció escuchar en vuelo que la opción había sido cambiada por pescado; todo esto estaba acompañado de ensaladas y del postre. Una vez más degustaba de la cena mientras disfrutaba de las cientos de películas que los pasajeros tienen a su disposición. A pesar de que era un vuelo nocturno, muchos pasaron durante el periodo de vuelo asistiendo películas en su sistema de entretenimiento.
Tras 3 horas y 45 minutos de vuelo, la aeronave aterrizaba en medio de una torrencial lluvia en el aeropuerto internacional de Sao Paulo. Esta misma aeronave, tras un breve descanso de no más de una hora y 30 minutos, volaría con destino a Dubái.