China, que viene desarrollando nuevos cazas de última generación, en los cuales, esta probando una nueva tinta que tiene capacidad furtiva en los jets Shenyang J-16. La pintura plateada tiene la función de reducir la visibilidad de la aeronave en las pantallas del radar e incluso al ojo desnudo.

El camuflaje especial es similar al utilizado por aviones de Estados Unidos, como el F-22 Raptor y el F-35 Lightning II. Visualmente se hace difícil identificar el avión en vuelo por la mayor absorción de la luz, que también es desviada del avión. En vuelos a baja altitud, algunos puntos reflejan la luz, confundiendo con reflejos del suelo o agua, así, el enemigo sólo sería capaz de reconocer el avión ya cerca, limitando la capacidad de defensa. Las señales electromagnéticas son absorbidas por la tinta, no permitiendo que la señal vuelva al radar enemigo.

Aunque el proyecto del J-16 no ha previsto características stealth, la aplicación de esta nueva pintura ayuda en la capacidad de hacer casi furtivo el avión en una serie de misiones. Además, la red estatal de comunicaciones de China afirmó que el caza ahora es capaz de transportar todo tipo de armas aire-superficie, incluso de ataques de precisión y anti-buque.

El uso de una aeronave stealth permite al país ampliar su capacidad de atacar a un enemigo con bajas probabilidades de ser detectado. China ha invertido masivamente en el desarrollo de nuevas aeronaves militares, muchas con tecnología propia, con el objetivo de ampliar su capacidad de respuesta global.

El J-16 es un caza bimotor derivado del ruso Sukhoi Su-35, empleando una serie de modificaciones en el proyecto. Aunque Moscú alegó que hubo una copia no autorizada, China afirma que el avión tiene sólo el concepto inspirado en el modelo ruso, siendo un proyecto totalmente nuevo, siendo incluso capaz de ser invisible a los radares y al ojo humano.