¿Has escuchado alguna vez el término de DOV? Bueno, hoy te traemos la historia de José Melot, que ejerce la profesión de Despachante Operacional de Vuelo (DOV), trabajando para varias aerolíneas y empresas. Aquí te enterarás todo sobre las funciones que ejercen estos colaboradores.
Muchos disfrutamos de viajar, sin importar que sea por motivos laborales o por vacaciones. Esperamos con ansias ese día que tengamos que ir al aeropuerto para hacer el check-in, entregar las maletas, cruzar la zona de seguridad y migración, para luego solo esperar el llamado a abordar al avión que nos llevará a tierras lejanas, sea para concretar un negocio importante, conocer nuevos lugares y culturas o simplemente para visitar a nuestros seres queridos.
Por detrás de esa ilusión que llevamos cada uno de los pasajeros, se encuentran aquellos profesionales que realizan todos los cálculos necesarios para que finalmente el avión pueda levantar vuelo con seguridad.
Hay que entender que viajar en avión no es sólo subir, despegar y aterrizar. Existen muchos cálculos que se realizan previos a un vuelo. Dichos cálculos son, controlar la cantidad de pasajeros, correo y carga que van a subir a la aeronave, revisar la condiciones meteorológicas del aeropuerto de destino, alternativas y ruta por la que va a volar el avión, ubicar los equipajes, carga y correo en sus respectivos lugares para que la aeronave siempre esté equilibrada, y calcular la cantidad de combustible, de modo a que el avión pueda volar con seguridad al aeropuerto de destino, y si no fuere posible aterrizar en éste por el motivo que fuere, dirigirse para a aeropuerto en el que pueda aterrizar con seguridad; esta es la razón de ser de la profesión del despachador de vuelos, ya que en los inicios de la aviación, el piloto muchas veces al ser sobrepasado por la carga de trabajo, cometía errores involuntarios que ocasionaron pérdidas importantes de material y vidas humanas, por lo que la dirección aeronáutica de los Estados Unidos decidió crear una profesión que sea los ojos y oídos del Comandante en tierra y durante todo el vuelo para guiarlo y aconsejarlo en la mutua toma de decisiones.
Todos estos cálculos y chequeos son realizados por un profesional cuyo nombre es DOV o Despachante Operacional de Vuelo. Hoy te contaremos la historia de José Melot, o el “Profe”, como es conocido cariñosamente por todos los funcionarios del aeropuerto internacional Silvio Pettirossi.
José Melot, como todo chico lo hacía en el pasado, solía ir acompañado de sus padres a observar a esos pájaros pesados levantar vuelo. Justamente en una de esas visitas fue cuando por primera vez observó a aquel avión que marcó su vida profesional; un Boeing 707 de PAN AM estacionado en la plataforma del viejo aeropuerto internacional Presidente Stroessner; el mismo modelo de avión que más tarde la aerolínea de bandera nacional LAP lo iría utilizar. Fue en ese momento cuando José decidió que su lugar sería cerca de esas aeronaves.
Cuando creció, José finalmente pudo cumplir su sueño y logró conseguir un puesto de despachante en Líneas Aéreas Paraguayas (LAP) y estar cerca de aquel B707 que en el pasado había marcado su camino. Con el correr del tiempo José se fue ganando terreno en aquel mundo aeronáutico en donde la competencia está al mismo nivel en que vuelan los aviones. Ahora, como un profesional respetado por todos, José realiza el despacho para más de 12 aerolíneas comerciales, algunas ni siquiera operan en Asunción, como también para varias Fuerzas Aéreas de otros países que visitan al país por motivos de visita oficial o solo para paradas técnicas.
Durante estos largos años de trayectoria como despachante, José nos cuenta que los más hermoso que siempre le toca vivir es poder ver el amanecer desde un avión en vuelo, las luces de las ciudades por la noches que brillan como joyas y las amenazantes nubes de tormentas que muchos pilotos cariñosamente lo llaman “Charlie Bravo”. Pero hay un acontecimiento que lo recuerda hasta el día de hoy; el último vuelo del General Stroessner en el Boeing 707 que lo llevaría de exilio al Brasil.
Un día antes de aquella histórica fecha, José recuerda que todos los vuelos nocturnos habían salido con demora. En aquel entonces, la aerolínea ofrecía un servicio de transporte para el personal, primero pasaba por la ciudad de Luque seguido de las ciudades aledañas; pero como era bien adentrada la noche, José había pedido al chofer del móvil que lo baje en el Km 12, para poder tomar un ómnibus para regresar a casa. Mientras esperaba el ómnibus, uno de los taxistas que se encontraba apostado en el mismo lugar le había dicho que si pensaba ir al centro, que no lo haga ya que se “estaba levantando”. Al comienzo José no entendió aquel consejo, por lo que le respondió, ¿el tiempo se está levantando? A lo que el taxista le responde en un tono más serio; “No, la caballería se está levantando contra el General Stroessner”. Sin poder creer lo que le había dicho el taxista; ve que nuevamente el móvil de la empresa volvía, por lo que le hizo la señal para que pare y advertir a sus compañeros lo que había escuchado recientemente. Al comienzo nadie de sus compañeros había tomado con seriedad lo que José había contado, ya que todos decían que jamás el General Rodríguez se levantaría contra Stroessner. Pero lo que no sabían era que los tanques de la Caballería ya se encontraban detrás de ellos dirigiéndose al centro de la ciudad. José nos cuenta que esa noche se pasaron esquivando las balas mientras pasaban por la ciudad.
Aquel día la palabra ‘descanso’ no estaba contemplada en el orden del día de José, ya que a los pocos minutos al llegar a su casa, recibe una llamada de urgencias de la empresa para que vuelva nuevamente al aeropuerto para preparar el último vuelo del General Stroessner con destino a la ciudad de Brasilia. Al llegar al aeropuerto, vio que uno de los 707 de LAP estaba estacionado en plataforma listo para recibir a su último pasajero. Curiosamente, aquella aeronave perteneciente antiguamente a la norteamericana PAN AM, pero ya con los colores de Líneas Aéreas Paraguayas, era la misma que cuando pequeño la había visto estacionada en el antiguo aeropuerto.
También con un tono de añoranza, nos comentó una curiosa charla que tuvo con el fallecido Comandante Rolím, figura prominente de la aviación tanto en el Brasil como en el Paraguay. Era un día en que estuvo a solas con el Comandante Rolim en la cabina de la aeronave, cuando le cuenta que en su vida pasada había sido un soldado paraguayo quien peleó bajo los mandos del Mariscal López en la Guerra de la Triple Alianza; siendo abatido en una batalla que se libró mientras las tropas se retiraban. Seguidamente uno de los consejos más importante que hasta el día de hoy José lo conserva y cumple palabra por palabra. “Tienes que ser muy humilde, nunca maltrates a nadie, sé gentil con todas las personas, mira donde hoy me puso la vida, a dirigir una empresa brasileña”. Poco después de esa charla, el Comandante Rolim fallecía en aquel trágico accidente de helicóptero en Paraguay. Tal vez cerca del mismo lugar donde en su pasada vida el Comandante Rolim murió luchando con lo que en ese entonces fuera el ejercito invasor.
José vivió y vive la actualidad de la aeronáutica local y mundial, sabe cuál es la realidad hoy en día. Como crítica pide a la autoridad aeronáutica ejercer control y supervisión de la actividad. La aviación no es una empresa de ómnibus en donde cualquier problema que surja en el trayecto se soluciona bajando a los pasajeros y se les dice que aguarden el siguiente ómnibus. Considera que la tragedia del Chapecoense es una alerta que nos dice que estamos repitiendo los errores del pasado; muchas empresas que juegan a bajar el costo del pasaje poniendo en peligro la vida de los pasajeros, descuidando el mantenimiento, no contratando mecánicos o contratando personal sin experiencia para abaratar costos, reciclando repuestos, y muchas otras cosas, la aviación necesita de gente íntegra que no tema en su debido momento jugarse por la seguridad de los pasajeros.
Finalmente como mensaje para aquellos jóvenes que deseen seguir la carrera de la aviación, el “Profe” pide considerar a la aviación como uno de los retos más importantes, ya que tendrán en sus manos la vida de pasajeros, tripulantes y la gente que en tierra confía que estos gigantes de la creación del hombre surcaron los cielos sobre sus cabezas sin ningún contratiempo. A cambio de eso la aviación le ofrecerá cosas hermosas, ya que la vida es y será recíproca para todas aquellas personas que se esfuerzan el día a día.
En nombre del equipo de Aeronáutica Paraguay, agradecemos a José Melot por colaborar con la nota y, ¡deseamos que sigan los éxitos en su carrera!