El pasado 23 de febrero, el mundo de la aviación había recibido una trágica noticia; un Boeing 767 carguero de Atlas Air que operaba para Prime Air de Amazon se había precipitado en el río Trinity Bay mientras se aproximaba para aterrizar en el aeropuerto George Bush de Houston.
Lastimosamente aquel accidente dejó como saldo tres personas fallecidas, todas ocupantes de la aeronave; el Cmte Ricky Blakely, el FO Conrad Aska y un pasajero extra que iba sentado en el asiento extra (jumpseat) de la cabina, Sean Archuleta. Sean no era un pasajero común y corriente; era también piloto de avión que había tomado ese vuelo especial para que lo lleve a Houston, base de la aerolínea United Airlines, ya que recientemente había sido contratado por la misma e iba a firmar los contratos como también para empezar los entrenamientos necesarios para poder volar los aviones de esa aerolínea. Pero el destino quiso que Sean vuele eternamente en aquel cielo inalcanzable para todo ser humano mortal, junto a los ángeles.

Sean trabajaba como piloto para Mesa Airlines, con base en el aeropuerto de Phoenix en Arizona. Esta aerolínea regional presta servicios para United Express, Us Airways, Delta Connection y GO! que opera en Hawái. Trabajar para una aerolínea regional y ser contratado por una de las gigantes del mundo era como salir a competir en las ligas mayores; sin lugar a dudas un “sueño americano”.
Tras culminar el funeral de Sean, la viuda del piloto se prestaba a retornar a Bogotá, Colombia en donde vivía con sus hijos. La aerolínea United le había ofrecido como cortesía viajar con ellos. Pero antes, tanto la tripulación como los empleados de United querían rendirle honor a Sean. En representación de todos los pilotos de United, el capitán Gunn, quien comandaría el vuelo a Bogotá, le hizo entrega del brevet con el logo de United que todos los pilotos lo usan, como también las paleteras que iba a utilizar Sean. Ante tan admirable y un profundo respeto de United hacia su esposo fallecido, la viuda de Sean cayó en llantos agradeciendo de corazón aquel gesto y prometió mostrárselo a sus hijos que su padre fue piloto de la prestigiosa aerolínea United Airlines.
Por su parte la United Airlines en señal de luto y respeto, mientras dure el curso que debía participar Sean, mantendrá vacío el asiento que debía ocupar Sean.
Mesa Airlines también envío cartas de condolencias a través de United. Cabe resaltar que cuando Sean viajaba a firmar el contrato con United, el ya no pertenecía más a Mesa Airlines, pero tampoco era empleado oficial de United. En un mundo en donde cada vez es común que las grandes empresas traten a sus empleados como algo material; tanto las aerolíneas United como Mesa mantuvieron ese alto compromiso con el piloto fallecido, un gesto realmente valorable por parte de estas compañías.