Por Renato Angulo
El citado combate no fue la primera vez que un avión era utilizado por el Ejército Nacional para una misión bélica. Desde el 28 de junio de ese mismo año, las fuerzas del Gobierno contaban con un servicio aéreo para la observación y bombardeo de las tropas rebeldes comandadas por los Coroneles Adolfo Chirife y Pedro Mendoza que se había sublevado a finales de mayo de ese mismo año.
El primer avión vino de la mano de uno de los primeros paraguayos que se formó para ser piloto. Era el Teniente Francisco Cusmanich, quien había usufructuado una beca del Gobierno para convertirse en piloto en la Escuela “El Palomar” en la República Argentina en el año 1919, y que posteriormente viajaría a Europa para obtener su brevet de vuelo, pasando por la Francia y España.
A través de sus contactos en Europa, logró ingresar como auxiliar en la “River Plate Aviation Company” de la ciudad de Buenos Aires al mando del Mayor británico Shirley Kinsley, quien tenía contratados a varios ex pilotos de la Royal Fliying Corps, entre ellos se encontraba Sidney Stwart Hume, dueño de un avión Armstrong Whitworth FK-8 de dos plazas, con el que realizaba viajes desde la capital argentina a la ciudad de Montevideo, además de ser uno de los encargados de llevar los ejemplares del diario “La Nación” a la otra orilla del Río de la Plata.

El avión fue utilizado en la Primera Guerra Mundial como aparato de bombardeo, destacándose por su robustez. Contaba con un motor de 160 hp, refrigerado por agua. Este motor le permitía alcanzar los 3.960 metros de altura y una velocidad máxima 158 kilómetros por hora. Podía llevar hasta 72 kilos de carga bélica (bombas o explosivos).
Cusmanich convenció tanto al Gobierno como a Stewart de vender su aparato a los leales al Presidente Eusebio Ayala, además de contratarlos a ambos como pilotos con una buena paga. El avión intentó llegar en vuelo, pero sufrió unos percances a la altura de Monte Caseros en la Provincia de Corrientes. Finalmente llegó embalado en un barco al Puerto de Asunción el día 23 de junio y fue llevado en vagones del tren hasta los hangares de Campo Grande, donde se tenía un pequeño aeródromo.
Tras unos días de mantenimiento y ensamblado de las partes, el avión ahora bautizado “Presidente Ayala”, despegó el día 28 de junio sobrevolando la ciudad de Asunción; para luego poner rumbo a las ciudades de Yaguarón y Pirayú, donde lanzó varias proclamas sobre las tropas rebeldes que pedían la rendición de las mismas. Fue esta la primera misión de un avión de combate en nuestro país.
Bibliografía
Aponte, Leandro “Cincuenta Años de Aeronáutica en el Paraguay” Editorial “El Arte S.A.”. Asunción – Paraguay. Año 1957
De los Santos, Tomas. “La Revolución de 1922 – Tomo I y II”. Editorial El Lector. Asunción-Paraguay. Año 1984.
Sapienza, Antonio “Fuerza Aérea Paraguaya – Historia Ilustrada, 1913 – 2013”, Editorial AGR S.A. Servicios Gráficos. Asunción – Paraguay. Año 2013