Al observar las imágenes, podría decirse que Boeing está a toda máquina, llena de pedidos y no da abasto para las entregas, pero tristemente, no es el caso. El problema, es que a pesar de que cada mes que pasa salen 52 aviones nuevos de la fábrica de Renton, no se puede entregar ninguno. La situación afecta los vuelos ferry de las entregas a clientes al no poder volar sobre espacios aéreos restringidos al MAX por distintos organismos de seguridad aeronáutica.

Por otra parte, aunque las entregas fuesen posible, generarían tasas adicionales por parte de cada aerolínea que reciba su MAX, al quedar en tierra, generando costos para Boeing según la tasa aeroportuaria local donde el avión deba quedar aparcado. Al momento, Boeing es la responsable de solventar los ya enormes gastos generados por el grounding, por lo cual, la búsqueda de espacios para guardar los MAX varados, se convierte en una seria preocupación adicional.
Boeing ya llenó todos los espacios posibles del aeropuerto Boeing Field en Renton y ha llevado muchas unidades al aeropuerto de Everett, donde se fabrican los aviones de mayor tamaño, e incluso se han trasladado algunas unidades al aeropuerto de Moose Lake. El siguiente destino para guardar los aviones que no puedan ser entregados si persiste la actual situación, será el aeropuerto californiano de Victorville. A este aeropuerto dedicado al almacenaje y reciclaje de aeronaves, Southwest ya envió algunas de sus 34 unidades en servicio para parqueo a largo plazo, medida que será extendida a toda esa flota, esto aunque la solución al problema parece estar viendo la luz al final del túnel, algo indica que no será necesariamente en plazo cercano.

También allí hay algunos 787 que no fueron entregados a clientes que no pudieron cumplir con sus obligaciones financieras y además está el B787 del gobierno mexicano esperando un nuevo propietario.
De todo esto, puede leerse entre líneas, que Boeing está confiada en lograr una solución final al gran problema del MAX, de otro modo, la decisión quizá hubiese sido la de reducir o parar por completo la producción del avión, no obstante, aparentemente esta ni siquiera pretende reducir el ritmo, por lo que la mencionada búsqueda de espacio adicional se hace urgente.