Un portavoz de la aerolínea de bajo costo, Lasse Sandaker-Nielsen, dijo a que reclamaría una compensación del fabricante del avión. “Enviaremos la factura completa a Boeing”, dijo Sandaker-Nielsen, agregando que “Noruega no debe ser penalizada económicamente porque un avión totalmente nuevo no puede volar”.
Norwegian es la primera empresa afectada en considerar públicamente una indemnización. Debido a la bajada a tierra ordenada por la Agencia de Seguridad Aérea de la Unión Europea (EASA), Norwegian tuvo que cancelar 19 vuelos el 13 de marzo de 2019. En este primer día, Norwegian dijo que encontró salidas alternativas para la mayoría de sus pasajeros. “Varios miles volaban con el tipo de avión, por lo que hemos encontrado soluciones para la mayoría de las personas. Estamos encantados con eso”.

Norwegian fue el cliente de lanzamiento del Boeing 737 MAX en Europa, con 108 aviones de este tipo en orden y una opción para 92 más. El 14 de diciembre de 2018, uno de sus aviones Boeing 737 MAX se “atascó” en Irán. En ruta desde Dubai (E.A.U.) a Oslo (Noruega), tuvo que realizar un aterrizaje no programado en la ciudad de Shiraz debido a problemas con el motor. Permaneció allí durante dos meses. Después de acumular dos años de pérdidas financieras, la aerolínea recaudó 3 mil millones de coronas noruegas ($ 348 millones) de los accionistas en enero de 2019. Después de ver a sus Dreamliners afectados por problemas con los motores el año pasado, Norwegian también logró llegar a un acuerdo con Rolls Royce a fines de diciembre de 2018. El fabricante del motor debería compensar a LCC con 100 millones de euros por los desafíos técnicos que enfrentó.