Las criminalización del hobbie ocurre porque, según argumentan, la práctica puede distraer a los pilotos y provocar así una tragedia. El Código Penal del país asiático considera que inducir u colaborar para ocasionar accidentes amerita una pena radical.

Las redes sociales están cambiando los comportamientos de los viajeros. Ahora, la playa Mai Khao que permite sacarse fotos con un avión despegando o aterrizando a muy baja altura, se ha convertido en un destino popular. Directivos de este famoso aeropuerto, conocido como el Saint Maarten tailandés, se han molestado y han decidido cerrar esa zona de playa, por temor a un accidente. Esta relación causa-efecto entre la foto y el siniestro es cuestionable, pero en todo caso, es lo que piensan las autoridades locales. El asunto grave es que la ley tailandesa dice que distraer a un piloto –que es lo que temen los responsables del aeropuerto que puede suceder– está penado con la muerte.

Wichit Kaewsaithiam, director del aeropuerto internacional de Phuket International Airport explicó que “queremos que el turismo y la aviación puedan coexistir”, pero que no van a permitir el riesgo sobre la aviación.
La noticia se ha extendido por Phuket, pero sólo los locales son conscientes de ello porque los turistas estaban estos días haciéndose las fotos con la misma pasión de siempre. No obstante, un responsable del aeropuerto indicó que no se ha puesto en marcha la zona de exclusión en la playa. “Vamos a crear una zona segura –dijo Vijit Keawsaitiam, que así se llama esta persona– que estará catalogada como zona estrictamente prohibida y que no permitirá el paso a los turistas. Usar drones y apuntar a los pilotos con laser, obviamente, también tiene las mismas penas máximas.