El personal en huelga es el encargado de realizar los controles de seguridad (control de las tarjetas de embarque y acceso a los arcos de seguridad) al pasar al área restringida del aeropuerto, con lo que las colas habituales para poder pasar los controles se multiplican, llegando a ser en algunos casos de una hora y media.
El personal de la concesionaria reclama, entre otras cosas, la recuperación de un plus de antigüedad perdido, medidas de conciliación familiar, descanso entre jornadas, entre otras reivindicaciones. La concesionaria del servicio se niega a aceptar las demandas de los trabajadores, con lo que no se prevé una salida rápida al conflicto.
De todas maneras, los servicios mínimos establecidos son del 90% de la plantilla al tener el aeropuerto la consideración de «infraestructura crítica» (la plantilla total asciende a alrededor de 700 personas), pero aún así, los retrasos en la principal terminal aérea española no se pueden evitar.