Los rusos están trabajando en el proyecto de un nuevo carguero de grandes dimensiones, orientado hacia el transporte primario de componentes espaciales. El avión, que se está desarrollando a petición de Roscosmos, la agencia espacial de Rusia, se basará en el Ilyusin IL96-500, con una solución híbrida entre el Airbus Beluga y el Super Guppy.
Roscosmos está trabajando en colaboración con la OAK (UAC, por sus siglas en inglés) para desarrollar el IL-96-500T, que tendrá la sección superior del fuselaje extensamente modificada y la adopción de una puerta delantera integral. El modelo se utilizará para transportar secciones completas de cohetes al centro espacial de Vostochny.
En total, la OAK planea construir 16 IL-96-500T, entre 2026 y 2034, siendo cuatro destinados a Roscosmos, otros seis construidos para el Ministerio de Defensa, que debe emplear los aviones en transporte de vehículos y sistemas de misiles completos, además de otros seis destinados a la operación comercial a través de la empresa de leasing Ilyushin Finance Co.
Estos últimos pueden ser utilizados especialmente en el transporte de componentes del avión comercial de fuselaje ancho CR929, desarrollado en asociación con China. Aunque la producción del IL-96 está activa, con promedio de una aeronave producida al año, posiblemente el avión será desarrollado a partir de células ya construidas, similar a la estrategia de Boeing con el 747 Dreamlifter, que fue montado bajo aviones que ya estaban en servicio. El objetivo será agilizar el proyecto y reducir los riesgos, además de aprovechar aviones relativamente nuevos.
Uno de los destaques del IL-86-500T es su gran capacidad volumétrica, superior al del Antonov An124, aunque la capacidad en toneladas sea inferior.
El objetivo es utilizar el nuevo avión en operaciones que exijan amplios espacios internos, con cargas con bajo peso total, como estructuras de cohetes, que cuando no están abastecidos son relativamente leves.
También llama la atención la solución de la nariz, que se puede inclinar hasta 12º, como en los modelos An-124 y C-5 Galaxy. La ventaja es permitir el embarque de ciertas cargas sin la necesidad de ascensor especial.
El programa tiene un costo estimado en 30.300 millones de rublos (475 millones de dólares), con el primer vuelo que ocurrirá a mediados de 2026, con las primeras entregas desde el año siguiente.
El concepto, aunque popular es bastante antiguo, teniendo origen en los años 1960, cuando Estados Unidos entró en la Carrera Espacial y la recién creada NASA, pasó a demandar transporte de componentes con gran volumen y bajo peso.