El histórico y pionero fabricante estadounidense de aviones ejecutivos Gulfstream, con sede en Savannah, Georgia, logró hace más de medio siglo, un hito sin precedentes para la época, el primer vuelo transatlántico en un jet de negocios.
Se trató del modelo GII, que el 4 de mayo de 1968 cruzó sin escalas el Atlántico desde Estados Unidos a Europa. Su impresionante autonomía para hace 5 décadas era de 6.815 kilómetros.
Los dos motores Rolls-Royce Spey 511-8 se montaron en la parte trasera del fuselaje y la cola se modificó en una configuración en T. Las alas fueron corridas hacia atrás para aumentar el rango y la altitud. El GII voló hasta Mach 0.88 o 1.078 kilómetros por hora y hasta a 45.000 pies o 13.761 metros de altura.

La cabina de la lujosa aeronave acomodaba hasta 19 pasajeros en una configuración estándar, además de una serie de equipamientos personalizabas por sus millonarios propietarios.
Se vendieron más de 250 GII durante su producción incluyendo dos variantes, una con un tanque adicional de combustible para más alcance y la otra con winglets para mejorar el rendimiento.