Una tragedia que enlutó a Gran Betaña ocurrió un día como hoy, 18 de junio, pero de 1972. Recordamos aquel fatídico vuelo 548 de British European Airways (BEA) donde fallecieron 118 personas, de ellas 112 pasajeros y 6 tripulantes, a bordo un avión Hawker Siddeley Trident 1C de fabricación inglesa con matrícula G-ARPI, que cubría una ruta regular entre el Aeropuerto de Londres-Heathrow y la capital de Bélgica, Bruselas.

Un error del piloto desencadenó la mayor tragedia británica hasta el vuelo 103 de Pan Am en 1988. El avión había dejado de tocar tierra cuando luego de tres minutos de vuelo se estrella cerca de la ciudad de Staines, apeligrando más vidas al cruzar una carretera muy transitada.
La investigación dio como resultado al principal causante, el comandante de la aeronave por no mantener la velocidad y configurar los dispositivos de alta sustentación incorrectamente; traduciendo esto, las alas perdieron sustentación, ganó una de las mayores fuerzas del avión, el peso, y la aeronave entró en stall (caída).

A más profundización, se ha estudiado el porqué del error humano, esto derivó de un problema cardíaco que presentaba el capitán, uno de los factores más implicantes y peligrosos de la aviación, la salud. También, la limitada experiencia del primer oficial. El proceso y los resultados de la investigación se consideraron altamente polémicos entre los pilotos británicos y el público.
Como es sabido, una investigación sigue en pie a medida que pasa el tiempo, un profundo estudio que se lleva a cabo hasta inclusive por años. El accidente tuvo lugar en el contexto de una huelga de pilotos que había causado discusiones y malos sentimientos entre los miembros de la tripulación. A su vez, la condición cardíaca del capitán y los malos servicios de la empresa, afectados por el paro, causaron que el vuelo 548 cargue con el peso máximo permitido.

El resultado de toda esta lamentable tragedia, autoridades locales, internacionales y de los fabricantes, llevó a la instalación obligatoria de un grabador de voz de la cabina en aviones matriculados en Gran Bretaña.
Hoy día, dos monumentos en la ciudad de Staines erigen en memoria de todos los fallecidos de aquel recordado vuelo 548 de BEA.
