El Quiet Supersonic Technology Airliner, un elegante avión de doble motor que transportará hasta 40 pasajeros a velocidades Mach 1.8, fue revelado el miércoles en una conferencia del Instituto Americano de Aeronáutica y Astronáutica en Dallas.

Se trata de un jet supersónico, que aprovecha los resultados del trabajo en conjunto con la NASA. El X-59 poseerá dos motores turbofán, sin poscombustión de unas 40mil libras de empuje cada uno, al que gracias a su afilada nariz, le distinguirá el hecho de ser mucho más silencioso que los antiguos jets supersónicos al disminuir sensiblemente el efecto de boom sónico
Esto conllevaría además un replanteamiento de las leyes restrictivas de vuelo sobre zonas habitadas para este tipo de avión. Con este diseño, prometen, el boom sónico debería percibirse en tierra similar a algo como el sonido del golpe de la puerta de un coche al cerrar.
Además, tampoco se requerirá un sistema hidráulico para inclinar la nariz para visualizar lo que haya delante del avión, este se valdrá de sistemas visuales apoyados en tecnología para lograr sortear dicho obstáculo y maniobrar la aeronave en fases de despegue, aterrizaje y tierra, todo esto entre otra gran cantidad de interesantes soluciones de diseño.

El habitáculo de pasajeros será de una configuración de pasillo único de una sola fila de asientos, de modo que todos puedan tener un asiento en ventanilla y a la vez pasillo, y así acomodaría 40 personas.
“Hicimos una investigación de mercado considerable y descubrimos que este era el punto ideal para el tamaño de este tipo de avión, básicamente maximizando la cantidad de mercados a los que puede dirigirse”, dijo Michael Buonanno, ingeniero aeroespacial de Lockheed Martin.
Con esto, Lockheed Martin, marca un regreso al mundo de la aeronáutica civil nada más y nada menos que con un concepto de jet supersónico. El desarrollo sorprende, ya que la última incursión del fabricante en lo civil fue el L1011 TriStar de los años 70, el cual no obtuvo el éxito esperado pese a lo revolucionario del proyecto, desde entonces, resolvieron volcar sus esfuerzos exclusivamente a la aviación militar, campo que dominan con puño de hierro ciertamente.
Con este concepto, Lockheed pasa a sumarse a otros proyectos (ver slide de arriba) que planean devolver al mundo la posibilidad de volar a velocidades supersónicas, cosa que sólo fue posible en décadas pasadas mediante el legendario Concorde francobritánico y el pionero Tu-144 ruso, pero esta vez, con la nueva tecnología disponible, intentar franquear las limitaciones naturales de todo vuelo supersónico, como el boom sónico y los altos costos asociados a movilizar una máquina voladora de gran tamaño a velocidades por encima del mach 1, emisiones, huella de ruído y leyes físicas en general.