El 30 de setiembre de 2017, hace casi dos años, un Airbus A380-800 de Air France con matrícula F-HPJE, que volaba entre París-Charles de Gaulle y Los Ángeles, debido a la explosión de uno de sus cuatro motores sobre territorio de Groenlandia, tuvo que aterrizar de emergencia en la base militar de Goose Bay, en Canadá.
Ayer lunes, bajo metros de nieve producto de las intensas nevadas en la zona, investigadores de la BEA (Bureau d’Enquêtes et d’Analyses pour la Sécurité de l’Aviation Civile, por sus siglas en francés) responsables de aclarar el incidente, encontraron algunas piezas de los alabes del ventilador del motor en cuestión. Las secciones se enviarán a los Estados Unidos donde el fabricante del motor Engine Alliance las examinará conjuntamente con la agencia reguladora francesa.
Recientemente, la BEA informó que aplicarían nuevas tecnologías para encontrar las piezas dentro la nieve, incluyendo un radar de apertura sintética, instalado en un Dassault Falcon 20, para la búsqueda de las mismas.
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