Seguro el título suena un poco exagerado, pero fue así como se recuerda aquel fatídico 3 de febrero de 1959, cuando tres grandes jóvenes promesas del rock and roll norteamericano fallecieron trágicamente en un accidente aéreo. Aquella fría noche, Buddy Holly, Jiles Perry Richardson Jr. (mejor conocido como “The Big Bopper”) y Ritchie Valens vieron truncados su sueños de convertirse en grandes estrellas musicales, que sin lugar dudas lo fueron, pero por poco tiempo.

Probablemente muchos de los que nos leen se preguntarán quienes son esos tres, especialmente si son jóvenes. Buddy Holly, cuyo nombre original era Charles Hardin Holley fue un gran pionero del estilo Rock and Roll de los años 50; a pesar de su juventud, era compositor y cantante, además de ser del grupo “The Cricktes”, cuya música como Peggy Sue y Not Fade Away, sonaban en las principales estaciones de radio de los Estados Unidos. Para que tengan una idea de cuan talentoso era Buddy Holly; grandes exponentes de la música como Elvis Presley, Bob Dylan y los Rolling Stones eran fans de Holly, además fue una gran influencia para los jóvenes John Lennon y Paul McCartney, que más tarde formaron el grupo “The Beatles”. Es más, se dice que el nombre Beatles (escarabajo) fue en honor al grupo de Buddy, Cricktes (grillo). Tenía tan solo 22 años cuando la repentina muerte lo sorprendió.

Jiles Perry Richardson Jr. o The Big Bopper, como le gustaba que lo llamaran, también era compositor y cantante al igual que Buddy Holly. No solo tenia talentos musicales, se decía que su verdadero sueño era convertirse en abogado. Richardson Jr. trabajaba como locutor en la radio KTRM, cuando percibió que los jóvenes adoraban el ritmo conocido como The Bop; fue así que decidió nombrar su programa de radio como The Big (por su contractura robusta) Bopper (del ritmo bop). Entre sus canciones conocidas se encuentra White Lightning, Running Bear, entre otros. Tenia solo 28 años cuando falleció en aquel accidente aéreo.

Y finalmente llegamos al turno de Ritchie Valens, cuyo nombre verdadero era Ricardo Valenzuela Esteban Reyes, era descendiente mexicano y uno de los primeros rockeros latinoamericano en tener éxito en los Estados Unidos. Sus composiciones más recordadas son Donna y la más famosa entre todas, La Bamba. Su talento musical eran innegable, ya que el grande Carlos Santana fue influenciado por Ritchie Valens. Era el más joven entre los tres, con tan solo 17 años.

Volviendo a aquella fatídica noche; los tres se encontraban en medio de un tuor organizado por GAC Agency, conocida como Winter Dance Party. Eran épocas en donde se dirigían de ciudad en ciudad tocando en los principales escenarios ante multitud de personas. El tour incluía una gira por 24 ciudades del oeste norteamericano en tan solo tres semanas; a diferencia de tiempos modernos en donde los grandes grupos alquilan aviones para trasladarse de una localidad o otra, en esos días los viajes se hacían en ómnibus. Ahora, imagínense un agitado tour en pleno invierno viajando en un apretado bus, no solo ellos sino también acompañados de otros grupos invitados por la propia agencia GAC. Además el ómnibus presentaba problemas ciudad tras ciudad, en especial en su sistema de calefacción que no funcionaba correctamente y que literalmente congelaba a los músicos.
Cuando finalmente llegaron a la ciudad de Clear Lake en el estado de Iowa, el bus había parado para realizar algunas reparaciones y así continuar con la gira. En realidad esa parada era solo técnica y un día de descanso para los músicos, pero por arte de magia la agencia GAC había organizado un concierto en aquella ciudad. Molesto por el repentino concierto y cansado de viajar en aquel ómnibus, Buddy Holly había comentado que tras ese concierto alquilaría un avión para dirigirse a la siguiente ciudad para así poder descansar un poco; efectivamente tras el concierto, Buddy junto con algunos de los integrantes de su grupo (Jennings y Allsup), se dirigieron al aeropuerto municipal para abordar un pequeño avión. Ahí se contactaron con un joven piloto llamado Roger Peterson de 21 años, que trabajaba para la Dwyer Flying Service. Enterado de que Buddy iría a viajar en avión, Richardson Jr. y Ritchie Valens decidieron juntarse a la idea. Pero el pequeño avión, un Beechcraft Bonanza solo tenía 4 asientos disponibles incluido el del piloto. Valens le pide a Allsup que le cediera su asiento, lo cual éste se niega, pero deciden echar la suerte en una moneda saliendo ganador Valens, que era la primera vez que viajaba en un avión. Richardson tuvo más suerte (una forma de decir), ya que Jennings decide cederle su lugar sin ningún problema. Enterado de que Jennings no iría en el vuelo, Buddy le dice en forma de broma “espero que el ómnibus se vuelva a congelar” y a modo de respuesta, Jennings le dice “espero que ese avión se estrelle”; una broma que se convertiría en premonición.
Eran las 00:35 de la medianoche cuando el Beechcraft Bonanza B35, cuya matrícula era N3794N, despegaba del aeropuerto municipal con destino a la ciudad de Moorhead, en Minnesota. A bordo, el piloto Roger Peterson, los músicos Buddy Holly, Richardson Jr. y Ritchie Valens. Pero los músicos que confiaron su viaje al joven piloto Peterson, no sabían que el mismo no tenía experiencia en vuelo por instrumentos o IFR (Instrumental Flight Rules), en especial para aquella fría noche en donde estaba nevando levemente, además de la existencia de una niebla que dificultaba la visual del piloto. Justamente para este tipo de condiciones meteorológicas, la navegación por instrumento es de suma ayuda, pero al no contar con esa experiencia, la condición se volvía sumamente dificultosa hasta para experimentados pilotos. La tormenta perfecta jugó una mala pasada a los cuatro jóvenes, que pagaron con su vida aquella aventura.

Inicialmente, Peterson iría recibir el plan de vuelo tras haber despegado; así habían acordado con la empresa arrendadora de la aeronave y la operadora de radio. Pero tras largas horas sin recibir ni un solo mensaje del joven piloto, las autoridades aeroportuarias decidieron activar el protocolo de búsqueda por avión perdido. Pero las condiciones de aquella noche imposibilitaban la tarea de búsqueda, la cual se decide comenzar una vez amanecido y mejoradas las condiciones de tiempo. Eran las 09:15 de la mañana, el piloto Hubert Dwyer, dueño de la empresa Dwyer Flying Service despega en otra aeronave para realizar la búsqueda, pero a tan solo 8 km del aeropuerto municipal, Dwyer observa con terror algo que probablemente en algún lugar de su mente ya lo estaba imaginando; eran los restos del Bonanza que se había precipitado en medio de un campo de maizal junto a los tres cuerpos de los músicos, mientras el del piloto yacía dentro de la retorcida aeronave.

Los especialistas de la policía que acudieron al lugar del accidente indicaron que la aeronave probablemente había impactado a tierra a una velocidad de 270 Km/h recorriendo unos 170 metros hasta detenerse en las cercas del campo de maizal. Más tarde, estudios forenses revelaron que todos los ocupantes habían muerto por traumatismos, muchos de ellas mortales. A pesar de que el relatorio final de accidente fue catalogado como desorientación espacial del piloto, rumores acerca de una pistola calibre 22 encontrada en las cercanías del equipaje de Buddy junto a dos vainillas vacías encendieron las chispas de teoría de conspiraciones que se esparcieron por toda región. Pero rumores son solo rumores, nunca se pudo comprobar la veracidad de esa información a tal punto que en enero de 2007, el hijo de Richardson Jr., a quien nunca pudo conocer con vida, pidió a las autoridades locales la exhumación del cuerpo de su padre para comprobar la teoría de que dentro de la aeronave se había originado un tiroteo; pero los resultados de la autopsia fueron totalmente iguales que 48 años atrás: traumatismos severas en diversas partes del cuerpo.
La desorientación espacial es una de las causas más comunes en los accidentes aéreos, probablemente uno de las más conocidos es aquel accidente de un Boeing 757-200 de Aeroperú, cuyos pilotos se desorientaron porque los tubos pitot estuvieron cubiertos por una cinta aisladora, que no enviaron informaciones correctas a las computadoras de a bordo.
Sin lugar a dudas, aquella madrugada del 1959, tres grandes promesas del Rock & Roll decidieron seguir brillando, no en la tierra de los mortales, sino en el reino en donde por siempre sus talentos musicales serían recordados hasta el día de hoy.