Estudiantes de la carrera de Ingeniería Aeronáutica de la Facultad Politécnica de la Universidad Nacional de Asunción (FPUNA), fabricaron el primer cohete paraguayo que participará la semana próxima en Sao Paulo, Brasil, en la competencia de ingeniería experimental Latin American Space Challenge (LASC), en un hecho inédito para el país.
El Ingeniero Félix Kanasawa, director de la carrera en la mencionada casa de estudios, dijo: “La competencia en sí es a nivel de ingeniería, para el diseño, construcción y recuperación de un cohete experimental”.

El cohete ‘Arasunu I’ a escala, fue desarrollado por 18 estudiantes desde su diseño mismo, elección de materiales como aluminio y fabricación propiamente, con 12 a 18 horas de trabajo por día durante cinco meses. El aparato mide 1 metro y 25 centímetros, pesa 4 kg, incluyendo las aletas, el motor, el paracaídas y todos los elementos electrónicos. Las estimaciones indican que el cohete podrá desplegarse a 740 km/h, lo que permitirá a la aeronave llegar al apogeo de 1 km de altura en aproximadamente 8 segundos. Cuenta además con dos paracaídas hechos de material impermeable, uno más pequeño que estabilizará el cohete y el más grande, que permitirá a la aeronave un aterrizaje lento.
El cohete llevará también un Cansat, que consiste en un aparato o sistema del tamaño de una lata de refresco cuya misión puede ser recoger datos, efectuar retornos controlados o cumplir algún perfil de misión predeterminado, que tendrá como objetivo recoger datos atmosféricos en el espacio: viento, temperatura, humedad, entre otros.

Combustible sólido, hecho a base de nitrato de potasio, azúcar y óxido ferroso, es el utilizado por el ‘Arasunu I’. Sin embargo, el primer elemento debe ser limpiado, para lo cual se procede a la cristalización utilizando agua y fuego. Una vez calentada el agua, se comienza a verter el nitrato de potasio, se presiona cuando llega a 60 grados centígrados –se utiliza el termómetro– y se continúa con el procedimiento, hasta llegar a los 110 grados centígrados. Luego se saca, se deja reposar y se vierte en otro recipiente, colando previamente el contenido. El siguiente paso es secar en un horno casero, fabricado por los propios estudiantes. Una vez listo el nitrato, se mezcla con azúcar y óxido ferroso, para ir probando la presión que ejerce en el fogonete. Esto es posible gracias a un manómetro.

Kanasawa valoró que el proyecto es bastante ambicioso, ya que es la fabricación de un cohete a escala, cumpliendo con todos los parámetros internacionales utilizados en la NASA, en Rusia y otros países que ya iniciaron la carrera aerospacial.
Para el desarrollo integral del proyecto se invirtieron unos G 7.000.000, suma desembolsada por los estudiantes y profesores, ante la falta de presupuesto del Consejo Nacional de Ciencias y Tecnología (Conacyt).

*Con información y fotos de La Nación