El pasado lunes 12 de agosto, un Boeing 777-300ER de China Eastern con matrícula B-2005, que operaba un vuelo entre el aeropuerto JFK de Nueva York y Shanghái, China, tuvo que volver a origen poco después del despegue tras observar los pilotos que un panel y parte de los spoilers se habían desprendido de una de las alas.

Tras avisar los pasajeros a la tripulación, esta, inmediatamente se declaró en emergencia y la aeronave entró en un patrón de espera para deshacerse del exceso de combustible y así aterrizar de forma segura. El avión tocó suelo de Nueva York a salvo pocos minutos después de forma segura y habiéndose cumplidos todos los protocolos que exigen estas situaciones. La aerolínea ofreció a los 300 pasajeros a bordo habitaciones de hotel y posteriormente se ocuparon de la reubicación de los mismos en otros vuelos.