Aunque parezca difícil de creer, las cosas no andan bien como en años anteriores en el medio oriente. Las tres grandes aerolíneas: Emirates, Qatar Airways y Etihad Airways, están sintiendo los efectos de la crisis global. Dubái, hub de la gigante Emirates, decidió posponer su proyecto del aeropuerto más grande del mundo; en tanto la más afectada entre las tres es Etihad Airways, con sede en Abu Dhabi, que atraviesa una de sus peores crisis desde su fundación en 2003.

Señal de lo anterior es que la firma está dejando en tierra a sus más recientes adquisiciones, la flota Airbus A350-1000 XWB, la variante más grande de la familia A350. Etihad Airways había ordenado cinco aviones de este modelo, siendo fabricados ya tres de ellos, pero todos están ahora en tierra en el aeropuerto de Bordeaux, al sur de Francia, sin siquiera habérseles instalado los asientos, y se espera que los dos restantes que están por venir corran la misma suerte. La razón por la que el constructor posterga la colocación de las sillas se atribuye a la grave crisis de liquidez que sortea la compañía árabe.
Otras causas que llevaron la empresa a su peor situación económica son los malos planeamientos en su crecimiento, como también las inversiones desacertadas en activos en aerolíneas con dudoso futuro, por citar ejemplos, Alitalia y la indiana Jet Airways, ésta última que se declaró recientemente en bancarrota.