Delta, la aerolínea estadounidense con base en Atlanta, está sondeando el mercado para en los próximos años, reemplazar su flota de aproximadamente 200 aeronaves Boeing 757-200/300 y 767-300/400ER de medio y largo alcance con edad promedio de alrededor de 21 años.
Su CEO, Ed Bastian, alienta al constructor de Seattle a acelerar la decisión de llevar adelante el programa NMA (New Mid-Size Airplane), – que técnicamente sería un 757 mejorado y ultra eficiente -, argumentando que su compañía está dispuesta a comprar hasta 200 unidades del futuro 797 (nombre tentativo).
La industria aguardaba el lanzamiento del 797 en el Salón Internacional de París este año, pero tal cosa no sucedió. Especialistas esperan que una vez superada la crisis del 737 MAX, Boeing se anime finalmente a develar el esperado nuevo avión.

Tras la salida de producción del 757 en 2004, Boeing desatendió el segmento de aviones de medio alcance, concentrándose en variantes de autonomía extendida del 737 NG, como los -800 y -900ER, por ejemplo, y en la familia 787 Dreamliner, dejando un hueco en el medio, situación que fue aprovechada por Airbus con el A321neo y posteriormente con los A321LR y A321XLR, con alcances de hasta 7.400 y 8.400 kilómetros respectivamente, suficientes para cruzar el Atlántico desde Norteamérica a Europa o desde los Estados Unidos a Sudamérica, conectando ciudades secundarias que no podrían ser cubiertas con aeronaves de fuselaje ancho por carecer de la densidad suficiente de pasajeros que justifiquen el uso de éstas últimas.
Lo que se conoce del “nuevo 757”, por ahora, es que será un avión bimotor de pasillo único, con entre 200 y 270 asientos según la versión y con un alcance de entre 7.400 y 9.300 kilómetros. Podría debutar en servicio comercial en 2025 y ya hay una lista de potenciales clientes.