La National Transportation Safety Committee (NTSM) de Indonesia, publicó el informe final sobre el accidente del vuelo JT610 de Lion Air, operado con un Boeing 737 MAX 8 con registro PK-LQP de solo dos meses de antigüedad, ocurrido el 29 de octubre de 2018, que caer al Mar de Java a los 13 minutos de despegar de Yakarta con destino a Pangkal Pinang, también en Indonesia, mató a las 189 personas a bordo.

Según se desprende de la investigación, Boeing, sin la correcta validación de las nuevas tecnologías incorporadas a la generación actual del 737, se arriesgó aplicando un software defectuoso en los MAX, sembrando la base de la tragedia, que fue alimentada además por errores de la tripulación y el personal de tierra de la compañía aérea low cost asiática.
El mortal accidente, seguido de otro también con pérdida total de vidas el 10 de marzo de 2019 con un avión idéntico de Ethiopian Airlines (vuelo ET 302 entre Adís Abeba, Etiopía, y Nairobi, Kenia), condujo a la puesta en tierra de la flota global de aeronaves Boeing 737 MAX, ocasionando una de las mayores crisis aeronáuticas de la historia de la aviación con pérdidas económicas inmensurables para el fabricante de Seattle y las compañías aéreas afectadas.
Menciona el organismo indonesio, que el polémico sistema de control de vuelo conocido como MCAS, empujó automáticamente la nariz del aparato hacia abajo, complicando la tarea de los pilotos de recuperar el control del 737.

“El diseño y la certificación del MCAS no consideraron adecuadamente la probabilidad de pérdida de control de la aeronave”, indica el informe.
Asimismo, el resumen ejecutivo menciona que “las deficiencias en la comunicación de la tripulación y las acciones de control manual contribuyeron al siniestro, al igual que las advertencias varias y distracciones en la cabina.”
Otros factores
El accidente fue ocasionado por una compleja cadena de eventos, dijo el investigador indonesio Nurcahyo Utomo, negándose reiteradamente a definir una sola causa dominante.

“De lo que evaluamos, hay nueve factores que contribuyeron a este accidente. Si uno de los nueve no hubiera sucedido, tal vez el accidente no se hubiera dado”.
Durante el malogrado vuelo JT610, el primer oficial no logró identificar rápidamente una lista de verificación en el manual ni llevar a cabo las tareas que debía haber memorizado durante los entrenamientos a la que las tripulaciones son sometidas.
El capitán no informó como corresponde al primer oficial cuando entregó el control justo antes de que el avión se hundiera fatalmente, dijo el vocero de la NTSC.
El informe señala que, según la grabadora de voz del cockpit, el copiloto le dijo al comandante que ese vuelo no estaba programado en su jornada laboral, y que la aerolínea lo llamó a las 4 de la mañana de ese día para informarle sobre el cambio, mientras que el piloto mencionó que estaba con gripe.

Agrega además el reporte, que el sensor de ángulo crítico de ataque (AOA) que proporciona datos al sistema MCAS ha sido mal calibrado por un proveedor de Florida, habiendo pruebas sólidas de que el personal de mantenimiento de Lion Air no lo probó durante la instalación. La reputación de la aviación indonesia con sus índices relativamente elevados de informalidad, le juegan en contra a la industria de ese país.
Lion Air debió haber dejado el avión fuera de servicio después de fallas similares en vuelos anteriores, y faltaban 31 páginas en los registros de mantenimiento de la línea aérea a octubre de 2018.