El fabricante estadounidense Boeing anunció, tras la revelación de sus resultados financieros del tercer trimestre del año, que no fueron para nada buenos (como era de esperarse), reducirá la cadena de producción de la familia 787 Dreamliner, de 14 a 12 unidades al mes, a partir de finales de 2020 y por un lapso de tiempo de alrededor de dos años.
Según Boeing, la decisión no radica en la crisis de confiabilidad que experimenta, producto del veto a la flota global del 737 MAX tras dos fatales accidentes, sino más bien se sustenta en el nuevo contexto internacional que contempla una baja en la demanda de aeronaves.

Al cierre de setiembre, Boeing tenía una cartera de 556 aviones 787 con entregas pendientes: 61 de la serie -8, 337 de la -9 y 158 de la -10.
A pesar del momento difícil, aerolíneas como Korean Air, Air New Zealand y China Airlines, efectuaron ordenes a Boeing: 20 787, 8 787 y 6 777X, respectivamente. En contrapartida, la rusa Aeroflot canceló un pedido de 22 aparatos Dreamliner.