Días pasados, Boeing y la Administración Federal de Aviación de los EE.UU. (FAA), confirmaron que están revisando un potencial problema en el sistema de cableados en los 737 MAX, que podría causar, en situaciones puntuales, un cortocircuito.
El portavoz del fabricante norteamericano, Gordon Johndroe, dijo el domingo que Boeing “identificó preventivamente este inconveniente como parte de un riguroso proceso, y está trabajando con la FAA realizando un análisis más apropiado. Sería prematuro especular si el mismo conducirá a algún ajuste de diseño”.
El New York Times informó que Boeing está evaluando si dos de las líneas de cables de los aparatos 737 MAX están demasiado juntas, lo que podría, en el peor de los casos, provocar un cortocircuito y posterior incendio, haciendo a la aeronave difícil de controlar.

La FAA declaró en un comunicado que la agencia y la compañía “están estudiando ciertos hallazgos de una revisión reciente de las modificaciones propuestas al Boeing 737 MAX”. La agencia agregó que “garantizará que se aborden todos los problemas relacionados con la seguridad identificados durante este proceso.”
Boeing dotará de mayor separación a los paquetes de cableado si es necesario y realizará un análisis exhaustivo para establecer si la falla eléctrica podría ocurrir en un escenario real, dijo un funcionario de la compañía.
Ingenieros de la FAA ordenaron a Boeing que completara una auditoría en diciembre del año pasado. El problema del cableado podría retrasar el regreso de la flota 737 MAX a servicio.
La FAA catalogó el traspié del cableado como potencialmente “catastrófico”. Es posible que otras protecciones como blindaje, aislamiento y disyuntores puedan prevenir el cortocircuito, destacó un allegado de la FAA.