El canal de YouTube VASAviation, ha publicado un vídeo en el que se recopilan las conversaciones mantenidas por los pilotos del Boeing 767-300ER de Air Canada el pasado martes, cuando tras un reventón en una de las ruedas del tren de aterrizaje, la trasera exterior izquierda, que provocó un daño en uno de los motores, tuvo que aterrizar de emergencia en el aeropuerto Adolfo Suárez de Madrid-Barajas, España.
La conversación entre los pilotos y la torre de control, íntegramente en inglés, comienza con el anuncio de que, tras la explosión, están volando con un solo motor. Pronuncian tres veces la palabra “Mayday“, que en el argot aeronáutico indica una situación sobrevenida de peligro.
Los pilotos, tras revisar que todos los sistemas del avión estén funcionando correctamente, son dirigidos por los controladores a una zona con poco tráfico, con el objetivo de aligerar el peso total del avión, para poder aterrizar sin mayores dificultades.

La aeronave, que durante más de tres horas vuela en círculos para quemar combustible, recibe en todo momento el soporte de los profesionales en tierra. Así también, informan a los pilotos canadienses que un caza F-18 del Ejército del Aire español se dispone a realizar un chequeo del tren de aterrizaje. El piloto del caza se comunica con los pilotos del Air Canada, indicándoles que únicamente tienen una rueda averiada. También, retraen el tren de aterrizaje para que el piloto militar pueda comprobar que no hay ningún daño, y tras comprobarlo, vuelve a su base.
Hacia el final de la grabación, se escucha a los controladores informar de las condiciones del viento. Como nota jocosa, se escucha informar de las condiciones de ese momento, y luego decir al controlador, “dentro de una hora no sé” (cuáles serán las condiciones). También, informan de las pistas disponibles, y de su longitud total. Lógicamente, los pilotos canadienses optan por la más larga, de unos 3.990 metros de longitud.
Finalmente, la tripulación corrobora la totalidad de las personas que hay a bordo – 130 pasajeros y 8 tripulantes – , informa del contacto visual con la pista y con los servicios de emergencia, y formaliza el aterrizaje, sin mayores complicaciones. Es informada por la torre de control que, al tener los frenos muy calientes, los bomberos lo enfrían, poniendo fin así a un incidentado vuelo que mantuvo en vilo a medio mundo durante más de cuatro horas.