Reiniciar el motor de un avión militar en vuelo es una característica de seguridad crítica que solo se puede demostrar haciendo algo que la tripulación de vuelo rara vez quiera hacer: apagar el motor en vuelo.
Eso es aún más desalentador en un avión monomotor. Sin embargo, un entrenador Boeing T-7A lo hizo recientemente, a 20.000 pies de altitud sobre un área de prueba en Illinois. Luego de ello, el avión voló durante 48 segundos antes de reiniciar el motor GE F404 y aterrizar de nuevo en la planta de Boeing en St. Louis.
“Las pruebas de arranque del motor requieren una gran cantidad de preparación, planificación y trabajo en equipo”, dijo el piloto jefe de T-7A, Steve Schmidt. “Es una prueba de todos los subsistemas creados para respaldo en caso de que un piloto tuviera que apagar el motor por emergencia y volver a encenderlo”.

Schmidt realizó la prueba con su compañero piloto William Berryman. La hazaña fue el último hito de un programa que cumple con todas las fases de desarrollo. La compañía espera entregar el primer T-7A Red Hawk a la Fuerza Aérea de los EE.UU. en 2023.
“Este es un testimonio no solo de la confianza que nuestros pilotos tienen en la confiabilidad del avión T-7A, sino también del equipo que diseñó y construyó esta nueva aeronave e entrenamiento para la US Air Force”, declaró Chuck Dabundo, vicepresidente y gerente de programa T-7A.
En septiembre de 2018, la Fuerza Aérea de los EE.UU. le otorgó a Boeing un contrato de $ 9,2 mil millones para suministrar aviones T-7A Red Hawk y simuladores de entrenamiento. Producto de una alianza entre Boeing y Saab, el T-7A ya ha acumulado más de 175 horas de vuelo en más de 160 vuelos de prueba.