En los últimos días, Air Greenland viene marcando casi cada jornada un memorable hito al lograr conectar dos ciudades separadas por más de 3.500 kilómetros en un pequeño turbohélice de Havilland Canada Dash 8-200, avión no concebido para viajes de esa distancia.
Debido a la pandemia del COVID-19 y su correspondiente impacto en la demanda de viajes, como todas las líneas aéreas del mundo, Air Greenland se vio obligada a reducir al mínimo su operativa, dejando en funcionamiento únicamente rutas esenciales por A o B motivo. En este caso, la compañía sirve una conexión entre Nuuk, capital de la isla, a Copenhague, en Dinamarca, porque resulta vital para Groenlandia (desde el punto de vista sanitario y de abastecimiento) seguir enlazada a la nación europea de quien depende administrativamente.


Habitualmente, Air Greenland usa sus Airbus A330-200 para esta misión, pero en vista del dramático descenso de pasajeros, asignó para ello su flota Dash 8 de 39 plazas en una combinación de viajeros y carga. Considerando que el avión no tiene autonomía para volar entre esas ciudades sin paradas, debe hacer una escala de reabastecimiento de combustible en Reykjavik, Islandia, elevando la cantidad de tiempo total del viaje a alrededor de 8 horas y media, teniendo en cuenta que su velocidad de crucero es de poco más de 500 kilómetros por hora.