Pedro Heilbron, CEO de Copa Airlines, concedió una entrevista al programa Radar del Canal TVN de Panamá, en la cual brindó detalles sobre las afectaciones que está experimentando la compañía dada la pandemia del COVID-19. Si bien, esta crisis sin precedentes la sufre el mundo entero y se siente en todos los rubros, la industria de las aerolíneas, viajes y turismo en general, son una de las más golpeadas.
A partir de la segunda mitad de marzo, la empresa no recibe ingreso alguno, ya que no existe demanda. Sus más de 100 aeronaves están detenidas y hay más de 8.000 colaboradores en Panamá y otros 2.000 en el resto del continente americano, a los que hay que pagarles salarios. Copa Airlines implementó un paquete de medidas para intentar contener la situación, entre ellas, un programa voluntario de suspensión de trabajo y de jubilaciones adelantadas, para así reducir la carga laboral.
Según mencionó Heilbron, cuando la firma reinicie operaciones, será más parecida a la que era hace 28 años atrás que a hace 28 días atrás, cuando prestaba sus últimos servicios, evidenciando el panorama desolador y los tiempos muy duros que le esperan, y a la par advirtiendo que será radicalmente más pequeña de como la conocíamos.
Inicialmente, Copa Airlines pretendía retomar paulatinamente sus vuelos el 23 de abril, cosa que no va a ocurrir. Se estima que el 15 de mayo comience a suceder esto, con entre 100 a 200 frecuencias diarias, cuando el volumen habitual era de 2.500 vuelos cada día. No se han especificado qué rutas serán levantadas, lo que será inevitable.
Copa fija base en el aeropuerto internacional de Tocumen en Ciudad de Panamá, posee una flota de alrededor de 100 aeronaves Boeing 737 NG, 737 MAX 9 y Embraer E190, que cubren una red de aproximadamente 90 destinos en toda América. La filial de bajo costo Wingo, que funciona desde Bogotá, Colombia, es también propiedad de Copa Holdings.