La semana pasada, el botánico estadounidense Matt Berger, durante un rastrillaje en busca de vegetación silvestre en el Vale de la Muerte, en California, EE.UU., halló restos del fuselaje de un avión Grumman S-16 Albatross propiedad de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés), informado como accidentado el 24 de enero de 1952, hace 68 años.
Los reportes de la época señalan que, cumpliendo una misión clasificada en medio de la Guerra Fría, la aeronave despegó desde la base aérea de Idaho con destino a San Diego, con una tripulación de seis personas, y se había estrellado en el desierto de Mohave al presentarse un incendio en el motor izquierdo del aparato. Sin embargo, no hay rastros humanos, ya que los tripulantes se arrojaron en paracaídas.

Historiadores indican que en su momento, la CIA acudió hasta el lugar del siniestro para retirar la información confidencial, pero el fuselaje propiamente quedó en el sitio debido a la dificultad de acceso a la zona montañosa de Panamint.
Desarrollado y construido por Grumman Aerospace Corporation, el SA-16 Albatross fue un hidroavión anfibio con excelentes capacidades STOL. Se produjeron 466 aparatos en Norteamérica entre 1949 y 1961; siendo sus principales usuarios la Guardia Costera y la Armada de los Estados Unidos.
