El impacto de la crisis sanitaria en el mundo obliga a Air New Zealand a reducir drásticamente sus costos operativos en alrededor de 97 millones de dólares cada mes. En relación a ello, Greg Foran, CEO de la firma neozelandesa confesó que:
“No estamos considerando un regreso a los vuelos de larga distancia de ninguna ruta hasta el próximo año. Creemos que hasta que haya una vacuna, un tratamiento efectivo o la eliminación de la enfermedad en mercados clave, el gobierno de Nueva Zelanda no abrirá completamente sus fronteras para el crecimiento de los viajes aéreos de larga distancia”.

Air New Zealand pronostica que en los próximos dos años alcanzará sólo el 70% de su tamaño anterior a la pandemia del Covid-19. Asimismo, considera que transportará a 13 millones de personas en 2022, una reducción de cinco millones respecto a las estimaciones realizadas antes de la emergencia por coronavirus.
“No estamos dejando piedra sin remover. Nuestra factura salarial se ha reducido en un tercio ahora, pero nuestros ingresos han caído en más de dos tercios. Necesitamos equilibrar aún más la balanza”, agregó Foran.
ANZ ha retrasado inversiones en aviones nuevos, hangares y estacionamiento, además de buscar ahorros a través de contratos en su cadena de suministro y de arrendamiento de aeronaves. Adicionalmente, unos cuatro mil empleados ya han abandonado la empresa.