Francia anunció que desembolsará una ayuda de 15.000 millones de euros para asistir a la industria aeroespacial del país, que contempla inclusive fondos para el desarrollo de un nuevo avión y helicópteros amigables con el medio ambiente.
Casi 7.000 millones de ese total es dinero a ser inyectado en Air France, empresa donde el gobierno galo posee el 14% de las acciones, para así asegurar su sostenibilidad a largo plazo dada la gravedad de la crisis ocasionada por la pandemia del Covid-19.
Asimismo, el sector militar recibirá también su parte, a través de un adelanto de las entregas de tres Airbus A330MRTT, ocho EC725 Caracal de Airbus Helicopters, un Beech King para vigilancia, y varios drones para peritaje naval. Este contrato asciende a alrededor de 600 millones de euros, pero estaba previsto recién para los próximos años.
Dentro del plan, y con un budget de 1.500 millones de euros, Francia quiere liderar el desarrollo de un nuevo Airbus A320, para sustituir hacia la década de 2030 (a lo sumo en 2035) la exitosa familia de aviones de pasillo único, pero con una característica ‘eco’, es decir, que funcione a base combustión sostenible, biocombustibles o hidrógeno. El aparato demo debería poder probarse a partir de 2026 en adelante.
“Los franceses deben preservar su participación en la creación y producción de la próxima generación de la aviación”, dice el comunicado del estado francés.
Dentro del marco de la aviación verde, Francia pretende además un reemplazo del helicóptero H145 con capacidades híbridas o de hidrógeno, para debutar en la flota de defensa de la nación europea también luego de 2030.
La administración de Emmanuel Macron, dispuso que el banco estatal Bpifrance, deposite 200 millones de euros; Airbus, 116 millones de euros; Dassault, 13 millones; Safran, 58 millones; y Thales, 3 millones, para crear un fondo de 1.000 millones, para otorgar liquidez a las pequeñas empresas de la cadena de suministro y darles apoyo en reestructuraciones, refinanciación o fusiones.
Con estas ayudas, Francia protege y asegura que las compañías mantengan su fuerza laboral estimada de 35.000 trabajadores, de los que uno de cada tres estaba en peligro de perder sus puestos por el parate de producción derivado de la pandemia.