Hace dos meses, el mundo veía con mucha expectativa el lanzamiento del cohete Falcon-9 de SpaceX, empresa del multimillonario Elon Musk, que llevaba después de casi nueve años a dos astronautas al espacio desde suelo norteamericano; marcando así una nueva y revolucionaria era de misiones espaciales tripuladas llevadas a cabo con cohetes reutilizables.

Hoy, tras permanecer por unos 60 días, los astronautas Doug Hurley y Bob Behnken, ya están nuevamente a bordo de la cápsula “Crew Dragon”, desacoplada ayer de la Estación Espacial Internacional, que se encuentra lista para traerlos de vuelta a la Tierra en unas pocas horas. Según los cálculos, la cápsula tiene previsto amerizar en aguas del océano Atlántico a unos 450 km de la costa de Florida, aproximadamente a las 14:40 horario local de este día domingo.

El proceso no será nada fácil, ya que los ingenieros encargados de supervisar el retorno están controlando hasta el último minuto las intensidades de los vientos, el oleaje y otros factores que impliquen un retorno seguro de la cápsula a la Tierra. Tras su desacople, el Crew Dragon se encuentra orbitando en el espacio a la espera de la autorización de retorno, tras el cual se separará de su cuerpo propulsor quedando solo la cápsula que a su vez activará sus propulsores durante unos 15 minutos para abandonar la órbita del espacio e ingresar a la atmósfera de la Tierra, ínterin en el que la cápsula tendrá que soportar elevadas temperaturas.

El reingreso a la atmósfera será a altísima velocidad, la cápsula que estará protegida por una coraza en la parte inferior, deberá soportar temperaturas extremas de más de 2.000 grados Celsius. Tras sortear esta primera y la más peligrosa etapa, se activarán dos equipos de paracaídas especiales a unos 5.5 kilómetros de altura cuando la cápsula aún siga descendiendo a unos 540 km/h; esta se desplegará por debajo de la ojiva para poder inclinar un poco la cápsula y así reducir el impacto contra la dura superficie del mar. Luego se desplegarán cuatro paracaídas más, aproximadamente a 1.800 metros de altura, permitiendo el descenso de la cápsula de forma segura al mar.
Los dos astronautas se encuentran en perfectas condiciones y muy animados por retornar a la Tierra tras permanecer dos meses en un ambiente sin gravedad. En una entrevista realizada antes del retorno, el astronauta Doug Hurley en tono de broma, contó que lleva consigo unas bolsas para las náuseas ya que se espera que la cápsula se balancee bastante una vez en el mar.