Air Europa solicitó al Fondo Público de Rescate de Empresas Estratégicas de España, un crédito de 400 millones de euros para capitalizar la compañía ante el brutal efecto nocivo del Covid-19 y una demanda de viajes que no se recupera como consecuencia de las cuarentenas que aplican varios países.
El requerimiento es analizado por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) que gestiona un fondo de 10.000 millones de euros creado por el Gobierno para ayudar a las empresas que considere focales. Para que ello sea aplicable, la empresa debe justificar debidamente que las ayudas con dinero público se usen exclusivamente para evitar la bancarrota y asegurar que la misma siga en servicio.
La aerolínea de Globalia trabaja desde fines del año pasado en su venta a la también española Iberia, integrante del Grupo IAG, por 1.000 millones de euros, pero el estallido de la pandemia demoró los planes y, de hecho, dado el escenario completo actual, la compradora renegocia a su favor los términos del acuerdo.
Líneas aéreas como por ejemplo Ryanair, han dicho de que denunciarán como ilegal la potencial inyección a Air Europa, ante las autoridades de competencia de la Unión Europea y si es necesario ante los tribunales, ya que al tratarse de una suma superior a los 250 millones de euros, debe ser notificada a la Comisión Europea.
El motivo aducido por Air Europa para demandar el rescate, es su acuciante falta de liquidez tras el parón provocado por el confinamiento y la fallida recuperación del tráfico aéreo desde que se levantara el estado de alarma en junio pasado, debido a la imposición de restricciones y aislamientos en numerosos países a los pasajeros que viajan a España.
Solo en el primer semestre de 2020, Air Europa acumularía pérdidas por unos 450 millones de dólares, y en mayo de este año, ya había pedido a un sindicato de bancos, 140 millones de euros para oxigenación, avalado por el Instituto de Crédito Oficial (ICO), pero no ha sido suficiente para asegurar su viabilidad.
Países como Estados Unidos, Francia, Alemania, Portugal, Italia y otros, aplicaron planes de salvataje a sus principales aerolíneas para sostener el negocio de las mismas y sostener así la conectividad.