Los vuelos regulares de pasajeros no se llevan a cabo en Paraguay desde mediados de marzo, como consecuencia de la crisis del Covid-19, que había paralizado en su momento toda la actividad aerocomercial, principalmente en el segmento internacional debido a los cierres de fronteras.
El 15 de junio, con el arranque de la fase 3 de la cuarentena inteligente decretada por el Poder Ejecutivo de la República del Paraguay, hubiera sido posible retomar los vuelos domésticos por parte de las compañías aéreas que prestaban estos servicios, pero no fue así.
Paranair, que tenía dos frecuencias diarias de lunes a viernes de Asunción a Ciudad del Este con aviones CRJ-200 de 50 plazas, y Sol del Paraguay, que ofrecía vuelos diarios desde la capital del país a Encarnación y tres veces por semana a Ciudad del Este, con equipos Cessna C208 Grand Caravan de 12 asientos, no han reanudado los mismos, a pesar de existir el visto bueno para ello.
Y es que las razones serían comerciales, no existe demanda suficiente para sostener las operaciones, ya que la economía está sumamente golpeada, y en el caso de Paranair, tampoco los potenciales tramos internacionales alimentadores están disponibles. Sobre todo el departamento de Alto Paraná es uno de los más afectados por la pandemia, por lo que el tráfico corporativo se redujo a números por el suelo que hacen inviable la conectividad.
El departamento de Itapúa en general, si bien sortea mejor la adversidad sanitariamente hablando, parece ser que, en estas condiciones, tampoco es capaz de generar el volumen suficiente de viajeros que permitan empatar los costos en la ruta de Asunción a Encarnación. Sol del Paraguay Líneas Aéreas es de hecho, una división del holding Sol del Paraguay (empresa de transporte terrestre), por lo que sus pasajeros, al menos temporalmente, pueden llegar a sus destinos por tierra.
Mientras tanto, el SETAM (Servicio de Transporte Aéreo Militar), unidad dependiente de la Fuerza Aérea Paraguaya (FAP), que utiliza una flota Casa 212, desde su base en el Grupo Aerotáctico (GAT) del aeropuerto Silvio Pettirossi, sigue volando semanalmente con dos o tres frecuencias sociales en función de las posibilidades, a ciudades como Concepción y Vallemí y a puntos recónditos del chaco paraguayo como Fuerte Olimpo, Toro Pampa, Puerto Casado, Bahía Negra, entre otras.
El 14 de setiembre pasado, Paraguay puso en marcha los “vuelos burbuja” entre Asunción y Montevideo, a través de Amaszonas Uruguay, como un primer paso para la apertura gradual y total del espacio aéreo paraguayo. Los vuelos nacionales, al parecer tendrán que esperar, hasta tanto las compañías aéreas consideren que es el momento para volver a apostar a ese nicho