A medida que la industria aeronáutica continúa abordando el impacto del Covid-19, Boeing anunció que consolidará la producción del 787 Dreamliner en sus instalaciones de North Charleston, Carolina del Sur, a partir de mediados de 2021. La decisión ocurre cuando la firma está tomando medidas estratégicas para preservar la liquidez y reposicionar ciertas unidades de negocio en el entorno global actual para mejorar la eficiencia y rendimiento a largo plazo.
Si bien la versátil familia 787 de Boeing ha sorteado medianamente bien la recesión del mercado respecto a otras aeronaves, su ritmo de fabricación se ha ajustado para adaptarse al difícil entorno actual, pero con la posibilidad de incrementar la línea de montaje a medida que vuelva a crecer el tráfico aéreo en los próximos años.
“El Boeing 787 es un tremendo éxito gracias a nuestros excelentes colaboradores de la planta de Everett. Ellos ayudaron a dar a luz un avión que cambió la forma en que las aerolíneas y los pasajeros vuelan. A medida que nuestros clientes manejan la pandemia, para asegurar la sostenibilidad del programa 787, estamos consolidando su producción en Carolina del Sur”, dijo Stan Deal, presidente y director ejecutivo de Boeing Commercial Airplanes. “Nuestro equipo en Puget Sound continuará enfocándose en construir de manera eficiente nuestras familias 737, 747, 767 y 777, y ambos sitios impulsarán las iniciativas de Boeing para mejorar aún más la seguridad, calidad y excelencia operativas”.

La compañía comenzó a ensamblar aviones 787-8 y 787-9 en Everett en 2007, y puso en funcionamiento las instalaciones de North Charleston como segunda línea de ensamblaje en 2010. Sin embargo, solo North Charleston es apta para construir el 787-10 más grande. La producción de los 787-8 y -9 continuará en Everett hasta que el programa alcance la tasa previamente anunciada de seis unidades por mes en 2021.
En julio, Boeing publicó un estudio en profundidad sobre la viabilidad de producir 787 en un solo lugar. La revisión examinó los impactos y beneficios para los clientes, proveedores, empleados de Boeing y la general como factoría. El análisis fue parte de una revisión para reevaluar todos los aspectos de la huella de las instalaciones de Boeing, la estructura organizativa, la cartera, combinación de inversiones, y la estabilidad de la cadena de suministro.
El mencionado documento confirmó las ganancias de viabilidad y eficiencia creadas por la consolidación, que permite a la empresa acelerar las mejoras y orientar las inversiones para brindar un mejor soporte a los clientes.
“Reconocemos que las decisiones de producción pueden afectar a nuestro equipo, la industria y nuestros socios”, dijo Deal. “Evaluamos exhaustivamente todos los aspectos del programa y nos comprometimos con nuestros accionistas sobre cómo podemos aliarnos mejor en el futuro. Estos esfuerzos refinarán aún más la producción del 787 y mejorarán la propuesta de valor del avión”.