Mediante un comunicado, la aerolínea rusa especializada en carga Volga-Dnpr, anunció que dejará en tierra toda su flota de aeronaves Antonov An-124, mientras completa un proceso de revisión de sus protocolos de seguridad operacional. Volga-Dnepr es el principal operador global del An-124, con ocho unidades, y tomó la decisión de detener los vuelos con estos gigantes luego de que uno de ellos sufriera un accidente el 13 de noviembre en Novosibirsk, en el lejano oriente ruso. La compañía presentó una carta de notificación a las autoridades de aviación de ese país indicando la suspensión temporal de sus servicios con estos cargueros.
“Esta es una determinación bien pensada. Queremos ser preventivos y demostrar que somos una aerolínea responsable, donde la seguridad es lo primero”, dijo Konstantin Vekshin, director comercial de Volga-Dnepr.
Llamó la atención de las autoridades y de la propia línea aérea, el hecho de que el avión no se detuvo en los límites de la pista y los severos daños causados por la caída del motor. Por lo general, la colisión con aves genera graves consecuencias en el motor, pero rara vez conduce a la destrucción completa del propulsor con derivación posterior en el fuselaje. Los expertos en seguridad señalan que los restos del motor crearon una seguidilla de importantes daños en las alas y el cuerpo del aparato, lo que demuestra la necesidad de reevaluar varios puntos del diseño del mismo. Además, uno de los motores no se puede apagar durante tres horas después del accidente, lo que causa más preocupaciones sobre la ingeniería del este.
Si bien, el accidente no dejó víctimas que lamentar, el ente regulador aeronáutico ruso y la firma destacaron la gravedad del hecho.
“Necesitamos escuchar a la autoridad aeronáutica rusa y al fabricante del motor. Necesitamos ver las pautas y los resultados de la investigación. Esperamos que este proceso comience en cualquier momento”, dijo un portavoz de Volga-Dnpr.
Actualmente, la compañía tiene alrededor de sesenta motores Progress D-18T, producidos por Ukrainian Motor Sich, que deben ser inspeccionados antes de que se consideren aptos para funcionar nuevamente. No se descarta una revisión del diseño, lo que haría el proceso más largo y complejo.
Sin embargo, un eventual cambio en el proyecto deberá ser realizado por Motor Sich, que por el momento no ha sido notificado por las autoridades sobre alguna anomalía en el diseño del motor. Además, Motor Sich no necesariamente acata las regulaciones rusas, ya que existe una serie de barreras políticas entre Rusia y Ucrania.
Vale la pena recalcar que la suspensión de vuelos fue una decisión de la propia Volga-Dnepr, no una normativa dictada por las autoridades de aviación rusas. Aún así, la aerolínea sugirió que Antonov Airlines, la división de transporte de Antonov, también suspenda los vuelos con el modelo hasta una evaluación completa del accidente. Sin embargo, un eventual grounded de los An-124 por parte de las dos empresas conduciría a una pérdida de capacidad de transporte global en un momento de incremento de demanda de carga aérea de gran volumen.
No obstante, Volga-Dnepr espera servir al mercado momentáneamente con sus Boeing 747F, pero evalúa la necesidad de resolver primero los problemas del An-124 antes de reanudar sus vuelos.