El aeropuerto de Congonhas, en el estado de São Paulo, recibirá un nuevo sistema de seguridad que permitirá detener a los aviones antes de que estos excursionen de pista. Conocido por el acrónimo “EMAS”, un acrónimo en inglés de Sistema de Desaceleración con Materiales de Ingeniería (Engineered Materials Arresting System), básicamente consiste en un material poroso que cede con el peso de la aeronave, reduciendo rápidamente su desplazamiento, el mismo, evita que las aeronaves crucen la cabecera si no pueden frenar en el espacio apropiado. Se instalarán en un área de 75 metros de longitud, en los dos umbrales de la pista principal (17R y 35L).

El sistema se utiliza especialmente en aeropuertos restringidos, donde no hay suficiente espacio para un área de seguridad de final de pista, conocida como RSA (Área de seguridad de pista). EMAS es bastante eficiente con aviones que pesan más de 11.300 kg, como todos los jets comerciales que operan en Congonhas. Cuando la aeronave atraviesa la zona, su peso rompe el suelo poroso y así evita el desplazamiento. El sistema está compuesto por hormigón poroso, que por sus características no soporta el peso de una aeronave de tamaño medio (o mayor), rompiéndose y obligando a los neumáticos a detenerse en un espacio reducido. La idea básicamente es similar a las áreas especiales de escape que se utilizan en algunas carreteras, o incluso en pistas de carreras, donde la grava o la arena frenan inmediatamente el vehículo.

Aun así, el sistema EMAS tiene una limitación física, ya que la energía de la desaceleración depende de la masa de la aeronave multiplicada por la aceleración al cuadrado. En otras palabras, el sistema impone unos límites de peso operativo para la aeronave, que en el caso de Congonhas no deberían afectar a los modelos utilizados. Por las características de la pista, los aviones operan bajo un nivel de peso máximo. El proyecto que será utilizado por Infraero prevé la ampliación del área frente a las dos cabeceras, lo que requerirá un servicio adicional de movimiento de tierras. El aeropuerto de Congonhas está instalado en una meseta artificial, con un gran espacio entre el nivel de la pista y los alrededores del aeropuerto. El proyecto extenderá el área de la meseta, permitiendo la construcción de EMAS sin reducir la longitud total de la vía.

Una de las ventajas del sistema es que brinda una gran seguridad sin causar mayores daños a los aviones, que normalmente pueden volver a funcionar después de reparaciones menores.