El fabricante norteamericano anunció ajustes en los plazos previstos para este año. La intención es no comprometer la cartera de pedidos existente, evitando cancelaciones por un cronograma que no se ajusta a las necesidades de los operadores. Según el fabricante, algunos factores fueron los principales responsables del cambio en la agenda, que van desde la recertificación del 737 MAX hasta cambios en los requisitos de certificación que afectaron la campaña de pruebas del 777X.

Luego de sufrir severas consecuencias por la paralización de vuelos con el 737 MAX, que derivó en la suspensión de la certificación original, Boeing revisó todos los procesos de aprobación mientras las autoridades reguladoras también actualizaron sus procedimientos. El nuevo cronograma también afecta al 737 MAX 7, el avión más pequeño de la familia 737 MAX, que estaba en proceso de certificación cuando las autoridades prohibieron los vuelos con el modelo. La aeronave se vio afectada directamente por los cambios realizados en las regulaciones y el proyecto en sí.
Boeing planeaba entregar la primera unidad MAX 7 en 2020, pero espera completar el proceso a fines de este año. A pesar de todos los esfuerzos por mantener la confiabilidad con sus clientes, el documento regulatorio de Boeing no descarta la posibilidad de cancelaciones de pedidos tanto para la familia 737 MAX como para el 777-9. Boeing revisó su proceso contable, donde se eliminó 118 pedidos en firme para el 777-9, dejando solo 191 pedidos sólidos para el nuevo avión fuselaje ancho. Las demoras en los programas 737 MAX y 777X pueden resultar en que los clientes tengan el derecho de cancelar pedidos o reemplazarlos por otros aviones Boeing. Una eventual reducción en la cartera de pedidos supondrá otro revés para Boeing, que sufrió una serie de cancelaciones a lo largo de 2020, sumado a la necesidad de compensar a varios clientes por retrasos en la entrega del 737 MAX y la suspensión de vuelos con el modelo.
Además, Boeing también enfrentó problemas en el proceso de calidad en la producción del 787, comprometiendo así a casi toda la familia de aviones comerciales. Con las propias demoras de Boeing, la mayoría de sus clientes están experimentando problemas de flujo de efectivo como resultado de la crisis de la pandemia del coronavirus.