A menos de un mes después de aquel felino que descansó en la cabina de un 737-800 de la compañía El Al, la semana pasada, un Boeing 737 Classic de la compañía sudanesa Tarco Aviation, se vio obligado a regresar al aeropuerto de la capital de Sudán, Jartum, luego de que un gato furioso, que de alguna manera ingresó a la cabina de mando, atacara a los pilotos poco después del despegue.
Aproximadamente 30 minutos luego de la partida, el gato apareció en el cockpit y atacó al comandante, quien intentó contener al animal. Después de que dicho intentos fracasaran, la tripulación decidió retornar a origen.

La investigación preliminar habla de que la aeronave pasó la noche estacionada en un hangar del aeropuerto de Jartum antes del vuelo. Una fuente sugirió que el gato probablemente se coló a bordo durante las tareas de limpieza o mantenimiento, y se escondió dentro de la cabina para sorprender a los pilotos más tarde.
El avión aterrizó de forma segura, el felino fue retirado y entregado a profesionales que lo inspeccionaron para determinar si el mismo sufrió consecuencias por el ataque en vuelo; se sospecha que el animal entró en pánico al darse cuenta que no estaba en su zona de confort.