La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) publicó el informe regular de seguridad de la aviación de 2020, que demuestra que el número total de accidentes se ha reducido considerablemente, de 52 en 2019 a 38. El número total de accidentes mortales se redujo a cinco en 2020, contra los ocho del año anterior. Estos índices de seguridad actual demuestran que es necesario volar durante 20.000 años antes de sufrir un accidente fatal.

La tasa por cada millón de despegues fue de 1,71 accidentes, por encima del promedio de 1,38 registrado entre 2016 y 2019. Sin embargo, la accidentalidad por millón se vio comprometida por la fuerte retracción del transporte aéreo, que prácticamente paralizó la aviación regular en 2020, comprometiendo así el análisis. El total de operaciones de vuelo disminuyó un 53%, alcanzando los 22 millones el año pasado, además, parte de los accidentes ocurrieron entre enero y febrero, discrepando aún más con la comparativa.
“El índice está distorsionado por la interrupción casi total de la aviación en el continente, sumada a la pérdida de un avión en enero, en Turquía. “La drástica reducción en el número de vuelos ha aumentado el impacto de cada accidente cuando calculamos las tarifas. Pero los números no mienten y no permitiremos que esto se convierta en una tendencia”.
Alexandre de Juniac, CEO y director general de IATA.
Asimismo, la tasa de accidentes de las aerolíneas asociadas a IATA fue de 0,83 por millón de vuelos, una mejora con respecto a la tasa media quinquenal de 0,96. Por ejemplo, América Latina y el Caribe, arrojaron resultados satisfactorios en seguridad aérea, ya que se cerró el año sin accidentes con pérdida total de la aeronave, incluso sin víctimas fatales, frente a una tasa de 0,39 entre 2016 y 2019. Resultado similar al de Oriente Medio, África del Norte, América del Norte y Asia del Norte. El peor resultado fue con la Comunidad de Estados Independientes (CEI), que agrupa a ex países de la Unión Soviética, que tuvo una tasa de 1,37 accidentes por cada millón de despegues. Europa cerró 2020 con su peor resultado, con una tasa de 0,31 por millón de despegues, frente al 0,14 de los últimos cinco años.

Con esta media de números, un pasajero tendría que viajar más de 168.000 veces, es decir, todos los días durante 461 años, antes de sufrir un accidente con al menos una víctima mortal. Para estar seguro de que moriría en un accidente aéreo, tendría que viajar todos los días durante 20.932 años, algo cerca de 7,6 millones de viajes.
“Volar es seguro, aunque el sector ha dado un paso atrás respecto a su desempeño en 2020. Mantendremos un enfoque aún más fuerte en la seguridad durante este período de operaciones reducidas y cuando se restablezcan los vuelos tan pronto como se reabran las fronteras”.
Alexandre de Juniac, CEO y director general de IATA.

Aunque 2020 fue atípico, por primera vez en más de quince años, no hubo accidentes con pérdida de control en vuelo (LOC-I), responsable de la mayoría de las muertes desde 2016. Sin embargo, IATA señala que los datos preliminares del accidente con el vuelo 182 de Sriwijaya Air, a principios de 2020, pueden haber sido un revés para esa marca.