LATAM Airlines Brasil se prepara para acompañar la recuperación de la economía, incluso en un nivel por debajo del nivel prepandémico, pero que muestra signos de recuperación. La demanda de viajes aéreos dentro de Brasil ha ido aumentando gradualmente con la expectativa de celeridad en el proceso de vacunación en ese país.
Ante este escenario que trae un poco más de optimismo, la empresa está dando algunos pasos importantes. La primera es la recuperación de su red aérea en el mercado nacional con una proyección de operar alrededor del 90% a diciembre de 2021. La compañía está operando el 49% de la capacidad en el mismo mes de 2019. Esta proyección es superior a la de abril de este año cuando lo hizo en a un 38%.
En esta secuencia, la LATAM Airlines Brasil espera contratar a 750 pilotos y auxiliares de vuelo para fin de año. Además, siete Airbus A320 están llegando a Brasil para fortalecer la red nacional. Al mismo tiempo, el grupo acaba de anunciar un agresivo plan para el crecimiento de la flota de cargueros en la región, pasando de 11 a 21 767 aviones dedicados a carga.
“Ya estamos cubriendo todos los destinos que operábamos en la prepandemia desde el aeropuerto internacional de Guarulhos y estamos regresando con algunas rutas desde Congonhas. Además, hemos programado nuevos destinos que lanzaremos próximamente. En mayo operaremos 250 vuelos diarios y para julio planeamos alcanzar los 400 vuelos diarios”, comenta Jerome Cadier, CEO de LATAM Airlines Brasil. “En el mercado internacional, seguimos confiando en la apertura de fronteras con el proceso de inmunización avanzado tanto en Estados Unidos como en Europa”.
Otro movimiento también impulsado por la tendencia de mejora del mercado es la decisión de LATAM de terminar el acuerdo de código compartido en Brasil con Azul Linhas Aéreas, lo que se hará efectivo el 22 de agosto de 2021. Ante este escenario, el acuerdo se vuelve menos relevante, ya que las redes aéreas se están recuperando y alcanzando niveles cercanos al período precovid, lo que permite a las empresas tener mejores condiciones para reanudar la venta de sus propios vuelos.
“Este acuerdo de código compartido fue una alternativa identificada por las dos empresas para enfrentar la caída de las ventas y la reducción de la red aérea durante el apogeo de la pandemia. Con la perspectiva de mejora, ya no tiene sentido. Además, tanto la expansión como el volumen de pasajeros que se benefician de este acuerdo no alcanzaron las expectativas iniciales de LATAM durante el año 2021”, concluye Cadier.
La disolución de este acuerdo está alineada entre ambas aerolíneas y no tendrá ningún impacto en los pasajeros. La alianza también incluía la acumulación recíproca de puntos en los programas LATAM Pass y TudoAzul.