Tras la crisis humanitaria desatada producto de la toma de la capital de Afganistán por parte de los insurgentes talibanes, la misión de rescatar a la mayor cantidad de civiles que fueron soporte de las tropas aliadas se ha convertido literalmente en una bomba de reloj, ya que el tiempo dado por los talibanes para tal cosa es hasta el día 31 de agosto; por tal razón, la Oficina de Seguridad del Pentágono ha solicitado ayuda a aerolíneas privadas estadounidenses a colaborar con esta dantesca tarea.

Aunque estos aviones civiles no aterrizarían directamente en Kabul, sino en aeropuertos de países aledaños en donde el país norteamericano posee bases aéreas. Por el momento, las compañías que se prestan a este servicio humanitario son: Atlas Air, United Airlines, American Airlines, Delta Air Lines y Omni Air, que aportarán tres aviones cada una. Por su parte United Airlines lo hará con cuatro aparatos, mientras que Hawaiian Airlines con dos, totalizando así 18 aviones equipos privados.
Tony Blinken, Secretario de Estado de los EE.UU. mencionó que habían sacado alrededor de 8.000 personas en las últimas 24 horas, y si se cuenta desde el mes de julio, en que comenzaron con este esfuerzo, han retirado alrededor de 30.000 personas en vuelos militares y chárters que se han organizado para ello. A pesar de este desplazamiento, aún existen miles de ciudadanos norteamericanos que prestan diferentes labores en Afganistán.