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Hoy en día la mayoría de las cabinas de los aviones modernos ofrecen comodidades como conectores USB o enchufes para que los pasajeros puedan recargar sus dispositivos electrónicos. Aunque para los pasajeros nunca está demás llevar consigo unas baterías externas para cualquier cosa, más cuando vivimos en un mundo rodeados de equipos electrónicos sedientos de energía extra.
El día de ayer, un vuelo de la aerolínea de bajo costo Scoot operado por un Airbus A320neo con matrícula 9V-TNE que cumplía el vuelo TR993 entre el Aeropuerto Internacional Taoyan de Taipei, Taiwán y el Aeropuerto Internacional Changi en Singapur debió de regresar a la puerta de embarque tras el incendio de una batería externa que un pasajero llevaba entre su equipaje de mano.
Según comentarios de los pasajeros, la aeronave se encontraba carreteando con dirección a la pista de despegue con las luces de la cabina apagadas cuando repentinamente la batería externa de un pasajero explotó ocasionando quemaduras leves al dueño y su acompañante. Tras unos minutos de pánico la tripulación logró sofocar el principio de incendio que ocasionó la explosión. Más tarde, la aerolínea informó que el avión regresó a la puerta de embarque sin ningún problema, incluso más tarde siguió con el vuelo ya que la explosión no causó daños importantes.
Recientemente un vuelo de Lufthansa debió aterrizar de emergencia en Chicago tras el incendio de la batería de una notebook de un pasajero que tenía guardado en una mochila ubicada en el overhead bin o maletero de la cabina. Aunque con respecto a las baterías externas o powerbank, la IATA (Asociación Internacional de Transporte Aéreo) permite llevarlas en la cabina aplicando algunas restricciones dependiendo de los gramos de litio y el número de celdas de la batería.