El jueves pasado, el gobierno mexicano anunció que el avión presidencial Boeing 787-8 “Dreamliner” había sido vendido a Tayikistán. La venta pone fin a una saga política que ha sido utilizada por el presidente Andrés Manuel López Obrador para criticar a sus antecesores por lo que considera un gasto excesivo y ostentoso. El precio acordado por el 787-8 Dreamliner fue de 1.660 millones de pesos, o alrededor de 92 millones de dólares. Esta venta se produce después de varios años de intentos fallidos por parte del gobierno para vender el avión presidencial.

Es importante señalar que esta venta es vista como un logro para el gobierno de López Obrador, quien ha promovido la austeridad y la transparencia en el gasto público desde que asumió el cargo en 2018. La venta del avión presidencial se considera como un ejemplo de cómo el gobierno está tratando de reducir los gastos y hacer un uso más efectivo de los recursos del país.
Según declaraciones de Jorge Mendoza, titular del Banco Nacional de desarrollo Banobras, el Consejo de Tayikistán tiene unos 10 días para tomar posesión del avión presidencial vendido por México. Anteriormente el presidente izquierdista y populista había dicho que con el dinero de la venta de la aeronave se construiría un hospital de 80 camas en los estados de Guerrero y Oaxaca.