Suena un poco exagerado, pero de esta manera transmitía el piloto del vuelo de una aerolínea estadounidense su mensaje al controlador aéreo para regresar al aeropuerto de partida, después de que un pasajero sufriera diarrea a bordo, el pasado 1 de setiembre.
El “trágico” hecho tuvo lugar dentro de un Airbus A350 de la aerolínea Delta Airlines que cubría la ruta DL194 entre las ciudades de Atlanta y Barcelona. A los 90 minutos de vuelo y ya estabilizado a 36,000 pies, el piloto emitió un mensaje al controlador aéreo informando sobre un grave problema de riesgo biológico a bordo, por lo que solicitaba retornar al aeropuerto de origen.
“Nuestros equipos trabajaron de la manera más rápida y segura posible para limpiar a fondo el avión y llevar a nuestros clientes a su destino final. Pedimos disculpas sinceras a nuestros clientes por el retraso y los inconvenientes en sus planes de viaje”; fueron las palabras de un portavoz de la aerolínea Delta.
Aunque no se han revelado los datos del pasajero, según informaciones de la propia aerolínea, el personal de tierra y el equipo de limpieza tuvieron un arduo trabajo para dejar la aeronave como nueva. Horas más tarde, el avión fue asignado a otro vuelo. A su vez, los pasajeros del vuelo original fueron trasladados a un hotel y retomaron el vuelo horas después, llegando a su destino a las 17:10, hora local, del día siguiente.
Cabe resaltar que en un vuelo transatlántico, incluso el mal funcionamiento de un baño puede ser motivo de cancelación o retorno al aeropuerto de origen, debido a que se considera un riesgo biológico continuar el vuelo bajo estas circunstancias.