Un vuelo de la aerolínea Air Canada tuvo que aterrizar de emergencia en una de las islas de Hawái, tras atravesar por una turbulencia severa que ocasionó heridas a más de 35 personas, algunas de ellas graves. La aeronave involucrada fue un Boeing 777-200 con 269 pasajeros y 15 miembros de la tripulación.

El vuelo había partido desde el aeropuerto internacional de Vancouver, en Canadá, con destino a la ciudad australiana de Sydney; cuando sobrevolaba a una altura de 36.000 pies (aproximadamente 11.000 metros) y a unas 600 millas (966 kilómetros) al suroeste de Honululu, la aeronave atravesó una zona turbulenta que sacudió al avión como a una hoja. Más tarde, uno de los pasajeros explicó que el comandante habló por medio del interfono explicando que los radares del aparato no habían detectado esa zona turbulenta; más tarde el portavoz de la Administración Federal de Aviación de los Estados Unidos, Ian Gregor explicó que se trataba de una turbulencia de aire clara o C.A.T. (Clear Air Turbulence) por sus sigla en ingles. Los CAT son fenómenos que se dan en cielos azules, despejados y calmos sin ningún indicio visual como suelen ser las nubes.

Algunos pasajeros del vuelo relataron momentos de terror que se vivieron dentro de la aeronave. Andrew Szucs, comentó que antes de la turbulencia severa, la triple siete había atravesado por una más leve, la cual lo había despertado, pero la siguiente fue tan intensa que recuerda ver a varios pasajeros ser arrojados hacia el techo de la cabina llegando incluso a romper algunos paneles. Sandy Marshall, otra pasajera, relata que no tenia puestos los cinturones de seguridad en el momento de la turbulencia y uno de sus hijos dormía junto a ella cuando fueron lanzados violentamente hacia el techo.
Según medios periodísticos de Honolulu, más de la mitad de los pasajeros estaban viajando con los cinturones desabrochados. Por eso siempre las aerolíneas recomiendan a los pasajeros tener puestos los cinturones a pesar de que las luces de “abrochar los cinturones” esté apagada.