La República de Panamá ordenó el cierre total de su espacio aéreo para todos los vuelos internacionales regulares de pasajeros por 30 días comenzando el domingo 22 de marzo a las 23:59. La directiva fue decretada por el presidente de Panamá Laurentino Cortizo a través de su cuenta oficial de Twitter, en un intento por frenar la propagación del COVID-19 (Coronavirus), enfermedad que afecta ya a más de 100 personas en la nación centroamericana incluyendo un fallecido.
El aeropuerto internacional de Tocumen, en Ciudad de Panamá, es el más afectado siendo la principal terminal aérea del país y una de las más relevantes de América Latina, además de actuar como hub para Copa Airlines, compañía que ofrece desde allí vuelos sin escalas a más de 90 ciudades en el continente americano con una flota de alrededor de 100 aeronaves, por lo que el impacto económico de esta decisión es incalculable.

Copa Airlines implementa entonces un agresivo plan de contingencia para atender a sus pasajeros. Días pasados, el CEO de la línea aérea Pedro Heilbron, reconoció que la situación por la que atraviesa la empresa y la industria aerocomercial en general producto de esta pandemia global, es realmente alarmante, y por lejos es la peor que el sector haya experimentado jamás.
El veto no aplica para vuelos de repatriación, humanitarios y cargueros, que podrán seguir operando.