Según informaciones provenientes de Rusia, el pasado 10 de junio, dos aviones comerciales estuvieron a punto de colisionar mientras sobrevolaban espacio aéreo ruso a una altitud de 37.000 pies (11.300 metros aproximadamente), debido a una falla atribuida a un controlador de tráfico aprendiz.
Las aeronaves involucradas en el incidente fueron, un Boeing 777-300ER de Emirates con matrícula A6-EGQ, que cubría el vuelo EK160 entre las ciudades de Oslo, en Noruega, y Dubái, en los Emiratos Árabes Unidos, mientras la otra, un Airbus A320 (VQ-BPL) de S7, cumpliendo el vuelo doméstico S72126 desde Rostov a Moscú.

Ese día, el 777 de Emirates mantenía nivel de vuelo FL370, mientras el A320 lo hacía en sentido contrario pero a un nivel más bajo. Ambos aparatos iban en la misma aerovía. En cierto momento, el ATC aprendiz autorizó al A320 a elevarse hasta nivel FL380, cuando otro controlador responsable del espacio aéreo adyacente notó que ambos aviones se encontraban en ruta de colisión, por lo que alertó al supervisor.

De inmediato, ambas aeronaves fueron instruidas a realizar maniobras evasivas para evitar el encuentro. Al 777 de Emirates se le ordenó girar 50° a la derecha, mientras que al A320 descender a nivel FL360 girando igualmente 50° a la derecha. Debido a este grave incidente, el Ministerio Público de Transporte de Rusia, prometió una exhaustiva investigación para esclarecer el hecho que pudo llegar a ser fatal.
Todos los aviones comerciales están equipados con un sistema anti-colisión llamado TCAS (Traffic Alert and Collision Avoidance System o Sistema de Alerta de Tráfico y Evasión de colisión), que actúa de manera independiente a las órdenes de los controladores de tráfico.