Por Ricardo Delpiano vía En vivo desde SCL
Se trata de más de centenar de incendios forestales que han arrasado con todo a su paso. Bosques, campos, animales, pueblos y también con vidas, así como el trabajo, el hogar de cientos de personas que han quedado damnificadas. “No se ha visto alguna tragedia de estas dimensiones” es uno de los comentarios que se escuchan entre los pilotos, brigadistas y autoridades.
La Corporación Nacional Forestal (CONAF) en conjunto con el Cuerpo de Bomberos han desplegado todos sus esfuerzos para contener y combatir el siniestro. Sin embargo su capacidad se ha visto sobrepasada por la tragedia y con esto la de un país que pese a su progreso, da muestras de que existen tareas pendientes que por más recursos que se inyecten de parte del Estado necesitan ser solucionadas, sin mencionar una reacción tardía de la autoridad central que la ha generado más de un costo político y de imagen.
La flota aérea de CONAF para el combate de los incendios forestales es de seis aviones Air Tractor y PZL Dromer cuyas capacidades de almacenamiento son entre 1.600 y 2.300 litros. Además, arrienda un número similar para complementar las operaciones durante la temporada en que mayormente se producen estos desastres, todos los cuales operan de aeródromos pequeños que les permiten llegar rápidamente a las zonas del siniestro. Un artículo del diario “El Mercurio” recoge las opiniones de su director Aaron Cavieres que reconoce que tres aviones estaban fuera de servicio por distintos motivos, afectando las capacidades de una institución que desde varios flancos ha recibido críticas por su actuar y eficacia.

En medio de un triste espectáculo y ante una emergencia que supera todo lo que el país haya conocido, Lucy Ana Avilés, una filántropa chilena radicada en Estados Unidos y casada con Ben Walton vinculado a la familia dueña de Wal Mart, hizo una ayuda inesperada. A través de su fundación Vientos Sur donó US$ 2 millones para llevar a Chile al mayor avión cisterna del mundo: el Boeing 747-400SF de Global Super Tanker (GST).
Pese a que su ofrecimiento demoró dos días en ser aceptado por parte de una inexplicable actitud de las autoridades de Gobierno, la aeronave salió de Colorado Spring la noche del martes 24 y tras una breve escala en Houston, aterrizó en el aeropuerto de Santiago a primeras horas del día 25. Tras el correspondiente descanso de la tripulación y las reuniones de coordinación efectivas, la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC Chile) aprobó las operaciones de la aeronave, la que inició sus funciones a las 16:00 horas. Sólo pudo realizar una descarga efectiva en el sector de Hualañé ya que los tiempos de traslados hasta la zona de emergencia más la carga de los tanques y las deficientes condiciones imperantes en la tarde demoraron su segundo viaje hasta que la caída de la noche impidieran el vuelo visual.

El GST está basado en el popular B747-400 convertido a carguero y en este caso a tanquero. Por lo mismo posee las mismas características que el avión tradicional, es decir 70,6 metros de largo, 64,9 m. de envergadura, 19,4 m. de alto, y un alcance de 13.450 kilómetros. Convertido a cisterna, sus operaciones son similares a un bombardeo estratégico con prestaciones únicas a nivel mundial entregadas por las características propias del diseño del B747. Por ejemplo, puede volar a bajas velocidades sin perder su maniobrabilidad.
Cuenta en el interior del fuselaje con tanques diseñados y patentados de muy alta presión los que permiten 72.600 litros de capacidad. La carga puede ser aplicada en muchos formatos y según los requerimientos, como una continua de pared de agua/retardante por 3 Kilómetros, o bien entregar cargas segmentadas en diferentes partes y según la densidad exigida. Los incendios los combate por saturación o por retardante en muchas modalidades como espuma, retardante y agua, entre otros, que son bombardeadas a diferentes niveles de altura. Desde la empresa que lo opera indican que ha trabajado en operaciones inferiores a los 40 metros. Destacan además que sus capacidades puede hacerlo ingresar en ciertas quebradas en las que un B747 puede operar o arrojar grandes cantidades de agua sin problema alguno.
Pero la operación del avión ha sido cuestionada en Chile, no por las características del avión sino por su efectividad en la compleja geografía del lugar y por la lejanía de aeropuertos o aeródromos capaces de recibir un B747 realizar todo el proceso de carga, obligándolo a operar únicamente desde Santiago a más de 25 minutos unidireccional de la zona de los siniestros. Una prueba de esta situación es que tras la primera descarga y retorno de la aeronave a la capital, uno de los focos volvió a reactivarse con consecuencias dantescas para la zona. Expertos señalan que si bien es una aporte se necesita de un refuerzo permanente que complemente la acción del GST ayudando a contener el avance del fuego y su posterior extinción.

En momentos en que las principales autoridades de Gobierno -incluida la propia Presidenta Michelle Bachelet-, sufren críticas y cuestionamientos por la lenta reacción ante la emergencia, el GST se ha convertido en una especie de esperanza popular de los chilenos para poner término a lo que se considera un verdadero infierno.
El grupo de Aviación Nº10 de la Fuerza Aérea de Chile (FACh) donde ha quedado basado el GST así da cuenta, con cientos de periodistas apostados alrededor del avión y atentos a cualquier movimiento que realice, mientras camiones aljibes de distintos distritos de Santiago llegan con agua donada para cargar los tanques del avión. Cualquiera diría que se trata de una escena de cualquier película de desastres. La carga del avión se realiza con camiones aljibe o conectando los tanques del avión con los del aeropuerto, proceso que no demora más de 30 minutos, mismos que se requieren también para cargar de combustible y dejarlo listo para una nueva operación. En medio de la crisis, la coordinación y la aplicación de técnicas por parte de los Cuerpos de Bomberos y el personal del Servicio de Salvamento y Extinción de Incendios del aeropuerto perteneciente a DGAC Chile, los tiempos pudieron ser reducidos a la mitad.

Inicialmente, el GST sólo iba a permanecer en Chile dos días pero la necesidad que impone la tragedia ha motivado que otra donación esta vez de la familia Luksic financiara su operación por otros seis días más. Sobrepasado, el Gobierno de Chile ha solicitado apoyo internacional a distintos países para que colaboren con aviones, experiencia y brigadistas a combatir los focos activos y a reducir las probabilidades que el viento y las altas temperaturas que están alcanzando los 38ºC lleven la tragedia a otras zonas. Colombia, Francia, México, Perú, Rusia, Uruguay, entre otros han comprometido su ayuda y colaboran con bomberos y brigadistas chilenos en el combate del fuego.
Al término de esta nota, el Gobierno de Chile había confirmado que aceptaba la ayuda del Presidente ruso Vladimir Putin, quien había dispuesto un Ilyushin Il76 cisterna para complementar al GST en la contención de los incendios.
