Por Gustavo Galeano
La organización, que tiene en su cuenta la friolera suma de 120 millones de euros, producto de actividades y donaciones para la causa, declaró que la intención es adquirir un Concorde, ponerlo en condiciones operativas y usarlo para vuelos chárters y espectáculos aéreos, como por ejemplo el París Air Show.
Paul James, presidente y vocero del Club Concorde, mantuvo conversaciones con las aerolíneas principales que tuvieron al Concorde en sus flotas, Air France y British Airways, que a su vez son todavía propietarias de esos aviones exhibidos en museos de Francia, Gran Bretaña, Alemania y Estados Unidos.
La línea aérea británica no está interesada en vender ninguno de sus equipos, pero Air France aún no se ha pronunciado al respecto, por lo que ello genera gran expectativa a nivel mundial por el potencial retorno del legendario avión, aunque si esto ocurre será solo ocasionalmente.
No hay mayores detalles por el momento, y estaremos atentos a novedades.
La ambición de crear un avión supersónico civil de pasajeros nació en 1956, y 10 años después, el Concorde vio la luz por primera vez con su Roll out ante la industria y medios de la época como un desarrollo conjunto anglo-francés. El primer vuelo del Concorde ocurrió el 2 de marzo de 1969 desde el aeropuerto de Toulouse en Francia.
El Concorde fue un suceso por décadas, hasta que sus altos costos de operación y mantenimiento, y las nuevas tendencias de la industria y nuevas regulaciones ambientales, lo convirtieron en una alternativa desfasada y de baja rentabilidad para las compañías.
Pero lo peor estaba por venir, pues el 25 de julio de 2000, un Concorde de Air France con matrícula F-BTSC que despegaba del aeropuerto internacional de Charles de Gaulle con destino a Nueva York (JFK) impactó contra el terreno poco tiempo después de haber despegado, en el único accidente fatal del avión en sus casi 30 años de servicio, falleciendo la totalidad del pasaje y personas en tierra.
Una de las principales causas del accidente fue el rompimiento de uno de los tanques de combustible ocasionado por una pieza tirada en la pista del aeropuerto perteneciente a un McDonnell Douglas DC-10-30 de Continental (hoy United), que había partido segundos antes.
Meses después del siniestro, Air France y British Airways reactivaron los servicios con sus Concorde’s por un tiempo más, pero ya el escaso éxito comercial terminó por sentenciar el exclusivo servicio.